El 28 de noviembre de 2008 Claude Lévi-Strauss cumplió sus 100 años de vida, ocasión oportuna para recordar su prolífico itinerario y su novedoso discurrir. Claude Lévi-Strauss nació el 28 de noviembre de 1908 en Bruselas. Sus padres, Raymond y Emma, franceses de origen judío, emigraron temporalmente a Bélgica por razones laborales, y durante ese periodo nació el padre de la Antropología Estructural. La familia Lévi-Strauss retornó a Francia y se estableció en París cuando Claude tenía apenas dos meses. En la ciudad bañada por el Sena transcurrió la infancia y juventud de quien más tarde se convertiría en uno de los artífices de la primera declaración de la Unesco sobre la cuestión racial.
Aunque la madre de Claude era hija de un rabino judío, el tema y las prácticas religiosas estaban raramente presentes en la familia. LéviStrauss reconocerá más tarde que, imbuido por el ambiente agnóstico familiar, le fue fácil blandir durante la juventud una manifiesta intolerancia hacia la religión. La pasión de la familia era el arte: su bisabuelo materno fue violinista y dirigió la orquesta de la corte durante el reinado de Luis Felipe; su padre, dos tíos paternos y dos tíos políticos fueron pintores.
A la edad de 16 años, Lévi-Strauss fue iniciado en el marxismo por un amigo belga. El encuentro con las teorías de Carlos Marx revolucionó totalmente la vida y el pensamiento del joven estudiante, que se convirtió en activo militante y dirigente de partidos y asociaciones marxistas.
En el año 1927 comenzó estudios de filosofía y de leyes a la vez, obteniendo una licenciatura en Derecho en la Facultad de Derecho de París, y una oposición de Filosofía en la Sorbona. Terminó sus estudios en total rebeldía contra la filosofía en general, y contra la filosofía neokantiana de la época en particular. De todos modos, enseñó filosofía de manera rutinaria en varios liceos franceses, entre los años 1932 y 1935.
En el año 1935 se le presentó la oportunidad de hacer realidad las inquietudes etnográficas que le había suscitado la lectura de libros etnográficos y de aventuras en tierras descubiertas allende los mares; ese año la Universidad de San Pablo, en Brasil, le ofrecía la cátedra de Sociología.
Lévi-Strauss llegó a Brasil en 1935. Durante las vacaciones de su primer año de enseñanza se internó en el Mato Grosso para realizar su primera experiencia de trabajo de campo con las tribus caduveo y bororo. A principios del año 1937 tornó a Francia y organizó una exhibición en el Musée de l’Homme de París, en la que presentó los objetos y fotografías de su expedición. Ese mismo año volvió a Brasil, renunció a su cátedra en la Universidad de San Pablo y realizó una expedición antropológica de un año entre los indios nambikwara, en las selvas amazónicas.
A principios de 1939, Lévi-Strauss abandonó definitivamente la tierra de la samba y regresó a Francia. Durante los avatares de la Segunda Guerra Mundial fue movilizado y sirvió como enlace del ejército francés por unos meses. Vio su vida seriamente amenazada durante la ocupación alemana, por lo que aceptó una invitación de Alfred Métraux y Robert Lowie para ir a Nueva York, como parte de un plan para proteger a los intelectuales europeos de origen judío amenazados por el nazismo.
El padre de la Antropología Estructural llegó a Nueva York a finales de 1940; allí entró en contacto con los más renombrados antropólogos norteamericanos e inició una gran amistad con Roman Jacobson, uno de los grandes teóricos de la fonología estructural.
En 1941 empezó su labor docente en la New School for Social Research de Nueva York. A partir de 1942 enseñó también en la École Libre des Hautes Études de Nueva York y, desde 1944, en el Bernard College.
Finalizada la amenaza nazi, Lévi-Strauss regresó a Francia en 1945. Unos meses después volvió a Estados Unidos como consejero cultural de la Embajada Francesa. A finales de 1945 estableció definitivamente su residencia en Francia y, un año después, mientras trabajaba como director adjunto del Musée de l’Homme de París, terminó y defendió su tesis doctoral de antropología en la Sorbona, presentando sus libros Las estructuras elementales del parentesco y La vie familiale et sociale des indiens Nambikwara.
En 1950, Lévi Strauss fue nombrado director de estudios de la École Pratique des Hautes Études de la Universidad de París y más tarde titular de la cátedra de religiones comparadas de los pueblos sin escritura. En 1951 formó parte del consejo de expertos designado por la Unesco para la creación del Consejo Internacional de Ciencias Sociales. Dos años después se convirtió en el primer secretario general de la entidad, cargo que ocupó hasta 1960.
En enero de 1960 fue admitido como titular de la cátedra de Antropología Social del exclusivo Collège de France, inaugurando la misma. Más tarde fundó y dirigió el laboratorio de Antropología Social de la misma institución, hasta su retiro en el año 1982. En 1961 fundó L’Homme, la primera revista francesa de antropología, junto a Emile Benveniste, Pierre Gourou, André Leroi-Gourhon y otros destacados estudiosos de las Ciencias Sociales.
Entre los muchos reconocimientos y distinciones recibidos por Lévi-Strauss al día de hoy destacan la medalla del Huxley Memorial, la medalla del Viking Fund y la medalla del Centre Nacional de la Recherche Scientifique, así como el Premio Erasmo. Ha recibido el doctorado honoris causa de un sinnúmero de universidades, entre las que destacan: la Universidad de Bruselas, la Universidad de Oxford, la Universidad de Yale, la Universidad de Chicago, la Universidad de Columbia, la Universidad de Stirling, la Universidad de Harvard y la Universidad de Zaire. También pertenece a la Academia de Ciencias y Letras de Noruega, a la Academia Británica, a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y a la Academia Francesa.
El corpus de escritos de Lévi-Strauss es sorprendente por su extensión, profundidad y diversidad temática. El volumen de escritos dedicados al análisis de sus teorías es igualmente sorprendente; no es usual que un antropólogo suscite tantos y tan variados estudios analíticos. Entre los escritos de Lévi-Strauss destacan:
a) Las estructuras elementales del parentesco b) Tristes trópicos
c) Antropología estructural i y ii d) El totemismo en la actualidad
e) El pensamiento salvaje
f) Mitológicas I, II, III y IV.
La innovadora antropología
El pensamiento de Lévi-Strauss se va estructurando a partir de la apropiación y reinterpretación de ideas disímiles de autores pertenecientes a también disímiles campos del pensamiento. El antropólogo asume, reinterpreta, acomoda y compacta de modo significativo ideas como la preocupación cartesiana por el método, la absolutización positivista del método de las ciencias naturales, la tendencia generalizante de la sociología francesa, el rigorismo metodológico y el particularismo de la etnología norteamericana, la búsqueda marxista y psicoanalítica de relaciones profundas que expliquen los fenómenos, la búsqueda kantiana de categorías a priori y la “temporalidad” sincrónica de la lingüística estructural.
Con este bagaje teórico, Lévi-Strauss elabora su propia creación, la Antropología Estructural, a la que asigna un itinerario investigativo de tres fases:
• La primera fase es la etnografía, un conjunto de investigaciones que consiste en la observación empírica, descripción, reconstrucción y análisis de la vida de un grupo humano, particularizando cada uno de sus aspectos: los órdenes o sistemas vividos, los actuados y los pensados. Su finalidad es la recopilación de datos sobre una determinada sociedad o cultura, por lo que su objeto de estudio ha de circunscribirse a una pequeña región, con fronteras claramente definidas.
• La segunda fase es la etnología, en la cual se realiza el examen comparativo y una primera sistematización de los datos compilados y clasificados durante la primera fase. Este momento tiende a formular hipótesis y a verificarlas etnográficamente, a fin de establecer teorías científicas. En esta fase de la investigación, el etnólogo, mediante un trabajo de laboratorio, se afana por reconstruir la trama de relaciones inconscientes que explican el funcionamiento de cada sistema de los que componen una cultura.
• Por último –y dejo que hable Lévi-Strauss–, “[…] en nuestro caso existe la necesidad de introducir un tercer nivel, constituido por el conjunto de aquellas investigaciones y especulaciones que designo con el término antropología […] El término antropología ha sido utilizado por los anglosajones desde el siglo xix para abarcar el conjunto de las investigaciones concernientes a la observación de los pueblos exóticos y la sistematización de los conocimientos que podemos sacar de tales observaciones. Pero, al mismo tiempo, como es de notarse, el término antropología es desde hace siglos empleado en la filosofía –y me propongo hacer particular referencia a Kant– en una acepción totalmente distinta, o sea, para designar la parte de la filosofía que busca interpretar de forma general el fenómeno humano. Ahora bien, en el tipo de investigación a que me dedico, me parece que los dos significados convergen y se encuentran.”2
Lévi-Strauss aplica su Novum Organum al análisis y explicación de los fenómenos culturales, entre los cuales sobresalen sus estudios sobre la estructura del parentesco, la prohibición del incesto, el totemismo, la mitología, el racismo y el arte. De ahí excogita una serie de conclusiones que pueden ser situadas en tres distintos niveles epistemológicos, a saber:
• El científico, que abarca los resultados de sus trabajos de campo: el levantamiento, análisis, elaboración y sistematización etnológica de material etnográfico; la elaboración de modelos, como metodología operativa para alcanzar las estructuras profundas de los fenómenos culturales.
• El filosófico, que incluye teorías más discutibles e incluso impugnadas por muchos, que desbordan la ciencia etnológica como tal. Por ejemplo, temáticas referentes a las estructuras del espíritu humano, la razón analítica, la razón dialéctica, etc.
• El ideológico, que especula con una cosmovisión y, haciendo las veces de moralista, elabora una crítica valorativa del modelo de civilización occidental, preconiza la ética de un nuevo humanismo, a la vez que desarrolla una serie de cavilaciones casi apocalípticas concernientes al crepúsculo ineluctable de la humanidad y a la muerte de las culturas, como tributo a una entropía universal.
Al hablar sobre la vida y el pensamiento de un autor, cabe preguntarse sobre su legado. Lévi-Strauss ha traspasado las fronteras de la antropología y ha influido significativamente en la filosofía, la sociología, la estética, la historia, la música, la pintura, la filología, la literatura… Describir la influencia del antropólogo francés en estas disciplinas y explicar cómo ha marcado el pensamiento y la acción mundial en varias temáticas sociales desborda las posibilidades de este artículo. Baste recordar que tenemos en Lévi-Strauss al autor de dos grandes clásicos del pensamiento antirracista: Raza e historia y Raza y cultura.
¡Feliz cumpleaños al hombre que dotó a la antropología de un discurso propio!
Notas
Entretiens avec Claude Lévi-Strauss es el título de una larga, amena y famosa entrevista al autor que hizo y publicó Georges Charbonnier en 1961.
P. caruso, Intervista a Claude Lévi-Strauss, en Aut Aut 77 (1963) 28 (traducción de J. Valdés).
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