Hoy cobra importancia estratégica lo relativo al ambiente organizacional interno frente al ambiente natural externo. El contexto externo de las organizaciones no es estático. Los recursos naturales se agotan. Es por esto por lo que las empresas del siglo xxi han hecho conciencia de la importancia que tiene aprender a convivir en armonía con el ambiente natural, sin agredirlo. Es precisamente esta realidad una de las razones por las que organismos nacionales, regionales e internacionales, públicos y privados, se han unido para reflexionar y actuar en torno a la práctica responsable que deben mostrar las empresas, tanto en sus procesos de producción como en los de comercialización.
Existen opiniones coincidentes cada vez que se aborda el tema relativo a la historia de la responsabilidad social. En este sentido, se afirma que su origen no tiene un comienzo delimitado; sin embargo, a fin de marcar algún antecedente, se apela a la existencia de documentos que datan del siglo xix y a veces de antes, y que dan fe de acciones por parte de las compañías a favor de sus trabajadores. Sin duda, el nacimiento de la onu y, posteriormente, el surgimiento de los derechos humanos sirvieron de plataforma para que se generara una mayor conciencia social, lo cual ha facilitado el desarrollo de lo que en la actualidad se conoce como responsabilidad social empresarial.
Otros hechos importantes para la expansión de la responsabilidad Social han sido los siguientes:
• La Conferencia de Estocolmo en 1972
• El Informe Brundtland en 1987 o el Protocolo de Kioto en 1997
• El nacimiento de grupos civiles como Amnistía Internacional o Transparencia Internacional
• Las iniciativas formales empresariales como AA1000 y SA8000
• Las directrices de la ocde
• El Pacto Mundial
- El surgimiento de organizaciones como la Global Reporting Initiative o el Instituto Ethos
Los hechos evidencian que no existe un acontecimiento en específico que pueda establecer de manera consistente el origen de la responsabilidad social; de lo que sí hay evidencias es del impacto cualitativo que está teniendo la génesis de este movimiento mundial, fundamentalmente en el campo del mercadeo. Por ejemplo, hoy se habla de mercadeo responsable y de mercadeo con causa.
A mediados de los años cincuenta, H. R. Bowen aportó ideas que dan sentido a lo que hoy conocemos como responsabilidad social empresarial, al mencionar que la empresa debe prestar atención a grupos específicos, principalmente en su ámbito interno, además de colaborar con la solución de algunos problemas sociales. En este sentido, Bowen concluye que la empresa no tiene una función económica exclusiva, es decir, que su función primordial es de naturaleza económica, pero la finalidad esencial es de naturaleza social.
Otro acontecimiento que ha incidido en el desarrollo de la responsabilidad social empresarial ha sido la elaboración y difusión del Libro Verde, auspiciado por la Unión Europea, a través de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Esta instancia está considerada como uno de los organismos internacionales más activos en la promoción y desarrollo de programas sociales.
La responsabilidad social empresarial aparece en el Libro Verde dividida en dos grandes apartados. El primero da cuenta de su dimensión interna, referida a las prácticas responsables de las empresas que afectan a los trabajadores, donde se consideran cuestiones como la inversión en recursos humanos, la salud y la seguridad, y las prácticas respetuosas con el medioambiente, que tienen que ver fundamentalmente con la gestión de los recursos naturales utilizados en la producción.
En su dimensión externa, tratada en el segundo apartado, la responsabilidad social está relacionada con el entorno (europeo o mundial), con los socios comerciales, proveedores y consumidores, con los derechos humanos (sobre todo en lo que respecta a las actividades internacionales y las cadenas de suministro mundiales, lucha contra la corrupción, códigos de conducta) y con los problemas ecológicos mundiales.
La Comisión Europea señala que las empresas deben llevar una gestión integral de responsabilidad social mediante la adopción de una declaración de principios, un código de conducta que resuma sus objetivos y valores fundamentales, así como sus responsabilidades con sus interlocutores. Las empresas deberán asumir una cultura de responsabilidad social y ecológica en sus planes y presupuestos, evaluando sus resultados en estos ámbitos, creando además comités consultivos locales, realizando auditorías sociales y medioambientales y estableciendo programas de formación continua.
El Libro Verde contempla también el tema de la inversión socialmente responsable (isr). Establece que entre los motivos para la adopción de políticas responsables en los terrenos social y ecológico se encuentra el de ser un indicador de buena gestión interna y externa, por lo que se minimizan riesgos y se previenen crisis que pudieran provocar la caída de los valores de la acciones. Cada vez que se aborda el origen y el desarrollo de la responsabilidad social empresarial o corporativa, sale a colación la Declaración Tripartitade la Organización Internacional del Trabajo (oit) sobre las empresas multinacionales y la política social.
Desde hace algún tiempo, la Organización Internacional del Trabajo ha mostrado una creciente preocupación por los temas sociales relacionados con las actividades de las empresas. Fue en 1976 cuando convocó a una reunión consultiva tripartita sobre empresas multinacionales y política social. A partir de ahí se constituyó un grupo tripartito para preparar un proyecto de declaración de principios sobre cuestiones sociales de competencia de la oit que tienen relación con asuntos sociales de las actividades de las empresas.
El propósito de la declaración tripartita de principios se centró en fomentar la contribución positiva de las empresas multinacionales para lograr el progreso económico y social, minimizando y resolviendo las dificultades que puedan generar las operaciones de estas empresas, tomando en cuenta las resoluciones de las Naciones Unidas que preconizan el establecimiento de un nuevoorden económico mundial.
Los principios que figuran en esta declaración son recomendaciones a los gobiernos y a las organizaciones empresariales y de trabajadores de los países de recepción y de origen de las empresas.
La referida declaración contiene principios en materia de empleo, formación profesional, condiciones de trabajo y de vida, y relaciones laborales. Su contenido gira alrededor de temas de política general, promoción del empleo, formación, condiciones de trabajo y de vida, salarios, prestaciones y condiciones laborales, edad mínima, seguridad e higiene, libertad sindical y derecho de asociación, negociación colectiva, consultas, reclamaciones y solución de conflictos laborales.
En enero de 1999, se realizó el Fórum Económico de Davos. Es aquí donde surge el Pacto Mundial.
Además, fue en este contexto en el que el secretario general de Naciones Unidas, en ese momento Kofi Annan, impulsó la creación de una red de líderes y empresas de gran tamaño en el mundo, con el objetivo de responder al reto que enfrenta el sector empresarial respecto a sus prácticas, así como también el respeto a los derechos humanos, los derechos laborales y el cuidado al medioambiente. Como se observa, la propuesta de Annan vincula a las empresas trasnacionales con la implementación de políticas públicas bajo el esquema de la responsabilidad social corporativa.
Como se sabe, el Pacto Mundial invita a las empresas a cumplir diez principios fundamentales, establecidos en cuatro áreas diferentes:
• Derechos humanos Respetar y proteger la Declaración Internacional de Derechos Humanos. Asegurarse de que la realización de las actividades empresariales no implique una violación de estos derechos.
• Laboral Asegurar la libertad de asociación y reconocer el derecho a la negociación colectiva. Eliminar cualquier forma de trabajo forzoso y de esclavitud. Abolir el trabajo infantil. Eliminar cualquier forma de discriminación laboral.
• Medioambiente Apoyar prácticas preventivas de los problemas medioambientales.
Establecer iniciativas que promuevan la responsabilidad empresarial. Apoyar el desarrollo y la implementación de tecnología sostenible (que incluye sistemas de gestión, autorregulación, diálogo con los grupos de interés, ecoeficiencia y producción limpia).
- Lucha contra la corrupción Actuar contra todas las formas de corrupción, incluyendo la extorsión y el soborno.
Como se observa, el tema relativo a la responsabilidad social empresarial (RSE) no es nuevo; viene tratándose desde hace mucho tiempo, principalmente en Europa y en los países de América Latina. En el siglo xix algunas empresas realizaban lo que se denominaba paternalismo o filantropía y tenían como costumbre brindar ayudas a los hijos de los empleados que tenían la posibilidad de ir a la escuela y de formarse profesionalmente.
Hoy día las empresas están compartiendo más y más preocupaciones con interlocutores como las ONG e incluso con sus propios trabajadores. Todo esto nos puede dar una idea de la importancia que tiene la responsabilidad social, aunque, como hemos visto, no es algo nuevo.
Marco institucional de la responsabilidad social
Decisiones trascendentales y acontecimientos extraordinarios escenificados en los ámbitos de las grandes corporaciones globales, en los foros auspiciados por prestigiosos organismos internacionales, así como en reuniones de jefes de Estado y de Gobierno del mundo, han facilitado la creación de una plataforma institucional donde poco a poco se ha ido consolidando la rse en un número significativo de países. El nivel de institucionalidad que ha alcanzado la rse ha sido posible gracias a la creación y publicación de varias normas de la familia iso y a la producción de grandes documentos como los libros Verde y Blanco, los cuales proporcionan pautas a las empresas para que puedan realizar sus procesos de producción, comercialización y de gestión de su talento humano en un clima de respecto y convivencia sana con el medioambiente.
La responsabilidad por los daños provocados a la naturaleza constituye una condición de primer orden para lograr que los agentes económicos asuman las repercusiones negativas que pueden derivarse de sus actividades para el medioambiente. Todo parece indicar que los responsables de las industrias y las empresas están experimentando un sentimiento de responsabilidad de cara a la salud o a la propiedad ajena (aspectos para los cuales ya existen diversas formas de responsabilidad ambiental de alcance nacional e internacional).
De hecho, hoy muchos líderes empresariales suelen considerar el medioambiente como un «bien público» del que tiene que hacerse responsable el conjunto de la sociedad, en lugar de hacerlo solo el causante de los daños que se hayan infligido.
En este marco de preocupaciones válidas surge la inquietud del Libro Blanco, a través del cual se exploran diversas posibilidades para establecer un régimen de responsabilidad ambiental de ámbito comunitario que permita mejorar la aplicación tanto de los principios ambientales recogidos en el Tratado de la Comunidad Europea como de la legislación ambiental comunitaria, además de garantizar una restauración adecuada del medioambiente.
El Libro Blanco constituye un aporte estratégico para la institucionalidad de la responsabilidad social de las empresas, ya que establece las líneas generales de acción, relativas a la gestión de los componentes que habrán de hacer sustentable su aplicación en los diferentes países del mundo. En este sentido, se hace referencia a los elementos financieros y a la seguridad jurídica con respecto a la responsabilidad de las empresas con la comunidad.
No es una casualidad que los aportes más trascendentales par la consolidación del marco institucional de la responsabilidad social empresarial provengan de los países más desarrollados, como los aglutinados en la Unión Europea, los Estados Unidos y Japón, entre otros. Un ejemplo fehaciente de lo señalado lo constituye el Libro Verde, el cual fomenta un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas que operan en sus respectivos territorios.
El Libro Verde tiene por objetivo iniciar un amplio debate sobre cómo podría fomentar la Unión Europea la responsabilidad social de las empresas a nivel europeo e internacional, en particular sobre cómo aprovechar al máximo las experiencias existentes, fomentar el desarrollo de prácticas innovadoras y aumentar la transparencia basándose en asociaciones más profundas en las que todos los agentes desempeñen un papel activo. Como se aprecia, la Unión Europea está interesada en la responsabilidad social de las empresas en la medida en que puede contribuir positivamente al objetivo estratégico establecido en Lisboa: «Convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social».
Según la Unión Europea, existen numerosos factores que han estado impulsando el avance de la responsabilidad social de las empresas, entre los cuales se destacan los siguientes:
• Las nuevas inquietudes y expectativas de los ciudadanos, consumidores, poderes públicos e inversores en el contexto de la mundialización y el cambio industrial a gran escala.
• Los criterios sociales, que influyen cada vez más en las decisiones de inversión de las personas o las instituciones tanto en calidad de consumidores como de inversores.
• La preocupación cada vez mayor sobre el deterioro medioambiental provocado por la actividad económica. Siempre que se hable de las acciones y decisiones vinculadas con la institucionalidad de la responsabilidad social empresarial, habrá que referirse a la Cumbre Económica Mundial de Davos en 1999, donde el secretario general de las Naciones Unidas en ese entonces, Kofi Annan,invitó a las empresas a demostrar una buena ciudadanía global donde quiera que actúen.
El Pacto Mundial intenta promover, mediante la acción colectiva, el civismo empresarial responsable a fin de que el mundo de los negocios forme parte de la solución de los retos que plantea la mundialización.
De este modo, el sector privado, en colaboración con otros agentes sociales, puede contribuir a hacer realidad la visión del secretario general: «Una economía mundial más sostenible e incluyente».
En la actualidad, cientos de empresas de todas partes del mundo, grupos sindicales internacionales y organizaciones de la sociedad civil participan de diferentes maneras en el Pacto Mundial, el cual tiene los siguientes objetivos:
• Integrar los principios establecidos en este pacto a las actividades y estrategias de las empresas.
• Facilitar la cooperación entre los principales interesados.
• Promover asociaciones destinadas a apoyar y facilitar el logro de los objetivos de las Naciones Unidas.
• Ofrecer oportunidades de participación a través de varios mecanismos: diálogos de política, actividades de aprendizaje, creación de redes locales y proyectos de colaboración.que el Pacto
Se podría decir Mundial ha servido de punto de referencia para que empresas privadas e instituciones públicas de muchos países del mundo planifiquen y ejecuten acciones sostenibles, y apoyen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, dándoles a entender que pueden jugar un rol vital en la promoción de los valores universales, reduciendo así al mínimo el impacto negativo de sus propias operaciones.
El marco institucional actual, en el que se intenta gestionar la responsabilidad social empresarial, permite visualizar y entender el interés que esta ha estado teniendo en los últimos años, importancia que se observa reflejada en los esfuerzos que realizan varias organizaciones internacionales por lograr que las empresas asuman dicha práctica como parte de su cultura de producción y comercialización.
El concepto de responsabilidad social empresarial, ya sea como movimiento o filosofía corporativa, ha despertado tanta motivación que varias instituciones mundiales han decidido normalizar dicha práctica, para lo cual existen guías o normas con las que se pretende implementar un sistema de gestión integral que contemple medios para evaluar a las empresas en cuanto a sus resultados sociales.
Con respecto al uso de las normas iso, se ha dicho que su aplicación responde a la problemática ambiental durante los años noventa, ya que muchos países comenzaron a implantar sus propias normas ambientales, por lo que se hizo necesario tener un indicador universal que evaluara la protección ambiental en el planeta.
En ese sentido, la Organización Internacional para la Estandarización (iso) estableció una guía que traza líneas en materia de responsabilidad social, denominada «iso 26000 (Responsabilidad Social)», la cual ha sido desarrollada con las aportaciones de seis grupos diferentes de interesados: consumidores, gobiernos, industria, trabajadores, organizaciones no gubernamentales y servicios.
La iso 2 6000 a borda temas d e responsabilidad relacionados con el medioambiente, los derechos humanos, las prácticas laborales, el gobierno organizacional, las prácticas de negocios justas, el involucramiento de la comunidad, el desarrollo social y los consumidores.
Situación actual de laRSE en el país
Tanto en la República Dominicana como en el resto de los países, se ha comprobado que las empresas constituyen el medio más efectivo para combatir la pobreza, ya que son ellas las que generan empleos sostenibles. Además, son las que pagan los impuestos con los que el estado satisface las necesidades de los servicios básicos que requiere la población.
En los últimos años, la participación del sector empresarial dominicano en proyectos de responsabilidad social ha ido en aumento. Pese a ello, como en otros países del mundo, se han originado importantes discusiones públicas con relación a su alcance y consistencia. Sobre este particular, los debates se han enfocado en analizar la sustentabilidad, la pertinencia y el nivel de institucionalidad de esta práctica empresarial. En la República Dominicana, desde hace varios años, se realizan esfuerzos mancomunados entre representantes de las empresas privadas, instituciones especializadas del Estado y organizaciones no gubernamentales con el propósito de crear un marco institucional que facilite la expansión, coherencia y consistencia de los esfuerzos de responsabilidad social empresarial.
Actualmente, la gestión de la responsabilidad social empresarial en el país se realiza a partir de las siguientes iniciativas:
• Ley 122-05. Fue dictada el 20 de julio de 1920 por el Gobierno Militar de Santo Domingo, y modificada en 2005. Trata sobre la regulación y el fomento de las asociaciones sin fines de lucro de la República Dominicana, y promueve la inversión social del sector empresarial mediante la deducción de un porciento determinado del monto total de los impuestos que deberá pagar al Estado. Para que la Dirección de Impuestos Internos reconozca lo invertido, las empresas tienen que demostrar la veracidad de dichas inversiones.
• Alianza ONG. Esta red de organizaciones sin fines de lucro constituida por instituciones de reconocida trayectoria en abril de 1995 es una de las principales redes multisectoriales del país. Tiene como misión promover las organizaciones sin fines de lucro, sus aportes y su rol dentro de l sociedad civil, propiciando la coordinación interinstitucional, tanto con el sector público como con el privado, para lograr iniciativas comunes o ejecutar proyectos conjuntos, canalizar asistencia técnica y financiera, e incentivar la participación y la inversión para incrementar el desarrollo social, económico y democrático de la República Dominicana.
Desde 1998, Alianza ONG fomenta la inversión social privada y la responsabilidad social empresarial, para lo que ha recibido apoyo de la Fundación Interamericana. También cuenta con el respaldo del Consejo Nacional de la Empresa Privada (conep), a través de un acuerdo de colaboración interinstitucional que tiene como objetivo promover la coordinación intersectorial y crear nuevos mecanismos de colaboración y alianzas estratégicas entre el sector privado y el tercer sector, para contribuir con el desarrollo social y democrático de la República Dominicana.
• Estudio del universo de donantes empresariales de la República Dominicana. Realizado por el equipo de investigación social Equis-Intec, con el patrocinio de la Fundación Falconbridge y el Grupo León Jimenes. Su objetivo fue identificar empresas establecidas en el país interesadas en desarrollar programas de inversión social, asumiendo como uno de sus postulados la responsabilidad social empresarial.
Este esfuerzo se realizó en el marco del Programa de Fomento a la Inversión Social en la República Dominicana, que se ejecuta bajo un acuerdo de colaboración entre Alianza ONG y el Consejo Nacional de la Empresa Privada.
• Guía para la inversión social corporativa en la República Dominicana. Suministra una base de datos útiles y sencillos para quienes tienen la encomienda de concebir y echar a andar los planes generales que se ejecutan en las empresas.
Además, fomenta y fortalece la cultura de la responsabilidad y la inversión social empresarial.
Es un soporte de alianzas entre el sector empresarial y las asociaciones msin fines de lucro, en el marco del desarrollo de acciones mancomunadas para mejorar las condiciones de vida en la República Dominicana.
Además, la referida guía es un instrumento en el cual los demandantes, sean personas físicas o morales, pueden tener una de orientación clara, concisa y confiable para establecer las estrategias y las tácticas que permitan una canalización racional de los recursos a programas y proyectos de bien social.
• Informe Nacional Anual de Desarrollo Humano de la República Dominicana. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo realiza cada año un estudio que permite conocer el comportamiento cuantitativo y cualitativo de las principales variables e indicadores que inciden en el desarrollo humano de la sociedad dominicana.
Este informe es una fuente formidable de datos objetivos y específicos acerca de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que podrían estar incidiendo de una manera u otra en la calidad de vida de los dominicanos.
Además, las informaciones que arrojan los referidos estudios son referentes para que los gobiernos formulen políticas públicas que contribuyan a satisfacer las necesidades fundamentales de la sociedad. A la vez, sirven para que el sector empresarial enfoque sus inversiones sociales en áreas prioritarias.
• Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (Renaepa). Es una iniciativa espontánea de los empresarios dominicanos con la cual se pretende diseñar y desarrollar acciones en coordinación con las instituciones del Estado que tienen como objetivo proteger el medioambiente, ya que la preservación de los recursos naturales del país es responsabilidad de todos sus habitantes.
Esta institución se ha propuesto como misión promover la integración del sector empresarial en el desarrollo de una cultura de conservación y gestión sustentable de los recursos naturales y el medioambiente de la República Dominicana. Su visión es ser la entidad de referencia para las autoridades, la comunidad ambiental y el sector empresarial del país.
Según un estudio publicado por Alianza ONG en el año 2008, las áreas más beneficiadas con inversiones de responsabilidad social en la República Dominicana han sido educación (17.8%), desarrollo comunitario (15.7%), salud (13%), medioambiente (9.6%), asistencia social (6.5%), arte y cultura (5.7%), recreación y deportes (5.2%), apoyo a grupos religiosos (4.3%), infancia (4.3%), personas con discapacidad (3.9%), entre otras.
En la coyuntura actual, mediatizada por normas, acuerdos, tratados y leyes, como consecuencia de decisiones consensuadas en contextos locales, regionales y mundiales, las empresas tienen que ser productivas y competitivas, a la vez que producen y comercializan productos o servicios de calidad, sin afectar los recursos naturales, los cuales se han convertido en patrimonio colectivo.
Es decir, la empresa de hoy tiene que ser capaz de generar utilidades manteniendo el medioambiente limpio, verde y sano.
La empresa que opera e interactúa en un entorno globalizado, como el actual, tiene que ser lo suficientemente inteligente y proactiva para conocer y analizar el auge del nuevo ambientalismo, el cual ha invadido el mundo, fundamentalmente luego de la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro en 1992.
En la República Dominicana, aunque en menor proporción que en otros países como España, Brasil, Argentina y Chile, directivos y ejecutivos de empresas que piensan y actúan como ciudadanos corporativos socialmente responsables visualizan la responsabilidad social como un medio para crear vínculos sostenibles entre los objetivos de sus negocios y las aspiraciones de los grupos de interés con los que tienen que interactuar continuamente.
José Luis Rojas Fernández es comunicador social, profesor universitario, especialista en mercadeo y estratega de relaciones públicas. Columnista de la sección de economía del periódico Hoy y autor del libro Gestión de las relaciones públicas: antecedentes, naturaleza y casos (2012). Diplomado en Desarrollo Organizacional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus estado de México. Realizó el Curso Internacional de Dirección de Comunicación impartido por la Universidad Católica Andrés Bello de Colombia.
Bibliografía
-Borrini, Alberto: La empresa transparente. Madrid, España. Rivadeneyra, 1997.
-Epstein, Marc J., y Bill Birchard: La empresa honesta. España. Paidós Ibérica, 2001.
-Osorio, Miguel: La nueva empresa, responsabilidad social corporativa. España. Voz de Papel, 2004.
-Rojas, José Luis: Gestión de las relaciones públicas: Antecedentes, naturaleza y casos. Santo Domingo. Editora Búho, 2012.
-Velásquez, Manuel G.: Ética en los negocios. México. Pearson Educación de México, 2000.
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