Johanne Dimanche asegura que la edificación de la Universidad Henry Christophe de Haití tiene doble mérito. El primero, que queda en evidencia en la localidad de Limonada de Cabo Haitiano; es el campus de 144,000 metros cuadrados que se construye con fondos del Estado dominicano. Este regalo, expresa la universitaria, también es importante puesto que ayudará a que “dominicanos y haitianos edifiquen un pensamiento común y transcendente para la isla de Quisqueya, derrotará tabúes y eliminará percepciones que sesgan las relaciones entre los pueblos hermanos”.
En 2010, Dimanche emigró de Puerto Príncipe a Santo Domingo para estudiar Comunicación Social. Se enteró de la donación dominicana, estimada en treinta millones de dólares, a través de las informaciones publicadas en los medios de comunicación haitianos –es su manera de quedar atada a su tierra− y con los intercambios con sus amigos residentes en Haití por las redes sociales. El tema, precisa la periodista en ciernes, es uno de los cinco más importantes de la agenda mediática haitiana desde septiembre de 2011.
Hace más de veinte años, académicos y estudiantes haitianos se han manifestado pidiendo una política nacional de educación superior y un proyecto de campus universitario. Después del terremoto del 12 de enero de 2010, que destruyó la mayoría de los edificios de los campus, las autoridades de la Universidad del Estado Haitiano (ueh) propusieron reunir en un espacio las once entidades que la conforman. En Limonada, al norte de la República de Haití, fue edificado este campus, un paso esencial para el proceso de descentralización de la educación superior. Evena Ally estudia Psicología en la Facultad de Ciencias Humanas de la ueh, con sede en Puerto Príncipe. El hecho de que con fondos y supervisión de ingenieros dominicanos se construya un campus universitario en una provincia con recursos para la agroindustria y el turismo, motiva foros digitales entre sus congéneres.
“Aunque realizo mis estudios en la Universidad del Estado de Haití, pienso que la Universidad Henry Christhope será muy bienvenida por los haitianos, porque es una bella iniciativa que reforzará el intelecto de mi país y una nueva opción para quienes desean cursar sus estudios universitarios. Será un gran aporte al sistema educativo haitiano”, precisó Ally, de 23 años.
La Universidad Henry Christophe fue levantada en una comunidad localizada a 10 horas de la capital haitiana. En sus 72 aulas, así como los edificios de laboratorios, comedor y cocina, centro de servicios, biblioteca, auditorio, administración e instalaciones deportivas convivirán entre seis mil quinientos a diez mil estudiantes. La donación del Estado dominicano será entregada por el presidente dominicano, doctor Leonel Fernández Reyna, al Gobierno haitiano el 12 de enero de 2012, un acto de esperanzas que coincide con la fatídica evocación del terremoto que diezmó a este país, afectando vidas y estructuras, incluyendo las universidades. “Considero que esta es la obra más contundente que un joven haitiano tendrá como muestra de solidaridad tras ese fatal sismo”, comenta Ally. Este complejo universitario también posee un campo de fútbol, áreas exteriores y dispositivos para generar energía y almacenar agua. Catherine Duré, estudiante de Comunicaciones Corporativas en Santiago de los Caballeros, pronostica que la Universidad Henry Christophe aportará a los estudiantes de Limonada y de las ciudades del norte haitiano, ya que podrán quedarse en estas localidades para continuar con sus estudios universitarios en vez de irse a la capital o emigrar a otro país. “Puerto Príncipe está marcada por la fatalidad del terremoto y la sobrepoblación”, precisa la universitaria.
Fomentar el conocimiento
El secretario de Estado de Enseñanza Superior de la República de Haití, Jean-Claude François, profetiza el impacto positivo que tendrá la Universidad Henry Christophe para la educación superior en Haití. En primer lugar, asegura, la juventud de las provincias del norte, noreste y del centro podrá tener acceso a una educación universitaria de calidad y estandarizada. También precisa François, los egresados de títulos de posgrado tendrán mejores perspectivas y mayores posibilidades de integrarse a las funciones de educación superior y de investigación universitaria, de acuerdo con las normas establecidas en la educación superior. Otro de los impactos que tendrá el nuevo campus será el reforzamiento del concepto de educación universitaria, basada en la gestión, la atribución y asignación de recursos; en este epicentro educativo cultural será generada una mejor cualificación y una mayor funcionalidad de las personas a partir de los conocimientos generados. La enseñanza superior haitiana tiene mucho que ganar con la construcción de una institución modelo, indica François.
Además, de acuerdo al punto de vista del secretario, permitirá la estabilidad del país y producirá cambios en la mentalidad y la manera de hacer las cosas en Haití. “Teniendo en cuenta, por un lado, la falta de infraestructuras universitarias en Haití y, por otro lado, de instalaciones de calidad en marcha en la comunidad de Limonada, y, entre otras cosas, la gran demanda social expresada por la población en la educación superior, la donación del pueblo dominicano es percibido por todos los ciudadanos haitianos como un acto de alta contribución de una nación hermana a la juventud haitiana. Este regalo es significativo porque tiene la virtud de ofrecer una alternativa a las grandes multitudes jóvenes compatriotas que van al extranjero en busca de una educación universitaria de calidad. En este sentido, el pueblo haitiano debe tener la gran responsabilidad de hacer una universidad de alta calidad en este campus donado por la República Dominicana, un modelo”, expresó el secretario François.
El rector de la Universidad de la ueh, JeanVernet Henry, coincide con el Secretario de Educación Superior y coloca en relieve que “este gesto de solidaridad –de los dominicanos− trasciende fronteras, puesto que al enterarse por las noticias de este nuevo campus profesores de la Universidad de Bolonia, en Italia, y de universidades africanas han escrito a las autoridades académicas de este centro de altos estudios estatal con la intención de colaborar impartiendo docencia. “Tenemos contactos con profesores que son miembros de la Agencia Universitaria de la Francofonía (auf) que quieren venir para acompañarnos en este proceso de organizar el nuevo campus de Limonada; también con los docentes de la Universidad de Syracuse existe la posibilidad de establecer una red de educación a distancia”, enfatizó Henry.
ficar y aumentar la oferta universitaria. El rector de la universidad estatal precisó que se realizó un estudio de las necesidades de formación en la región Norte, enlazado con el desarrollo agropecuario, turístico y empresarial. Además, la capacidad de recibir hasta diez mil estudiantes permitirá reducir el número de bachilleres que no puede acceder a la educación superior pública en Haití. La cifra anual de egresados de la educación media es de treinta mil estudiantes, pero la ueh no puede recibirlos a todos.
La mano de obra
Dos meses antes de entregar esta infraestructura al gobierno haitiano, la ingeniera dominicana Cándida María Abad de León encontró a uno de los padres –más de quinientos fueron contratados como obreros– de Limonada dentro del salón de la biblioteca. En este edificio podrán ser resguardados 10,000 volúmenes de libros relacionados con las carreras que sean impartidas y acogerá 260 alumnos (30 de estos en cubículos con computadoras y 20 en una sala audiovisual), 10 técnicos y 20 docentes de manera simultánea. Ante la inmensidad, tocando los muebles del salón, aquel hombre expresó:
“¡No puedo creer que todo esto sea para nosotros, para nuestros hijos!”. El anecdotario de agradecimientos por esta construcción es inmenso, tanto como las expresiones que la ingeniera residente de la obra por la compañía supervisora Transvialsa y Vialidad, pudo escuchar durante los seis meses que supervisó los trabajos de la Constructora Mar. “La gente de Limonada está agradecida, los padres dicen que este es el mejor regalo que le han podido hacer a sus hijos e hijas. Muchos nunca habían visto a un dominicano y al ser nosotros, un equipo de 100 ingenieros los que abrimos este lazo, ha permitido que falsas situaciones de enemistad queden desterradas”.
Cuenta que de un poblado “en letargo” la cuna de la Universidad Henry Christophe de Haití logró dinamizarse al ritmo de la construcción y empoderarse de la doble responsabilidad que le ha sido legada: cuidar y amar el campus. Mil doscientos haitianos trabajaron en la construcción de esta universidad y en los alrededores surgieron 120 emprendimientos, mayormente casetas en las que se servían comidas con igual intensidad que los turnos de la construcción, de sol a sol, relata Abad de León.
German Dorle, haitiano de 42 años, aprendió el oficio de maestro constructor cuando emigró hacia la República Dominicana. Fue uno de los que del 30 de octubre al 19 de noviembre trabajó de seis de la mañana a dos de la madrugada, su mayor satisfacción fue lograr una construcción bien terminada y resistente a cualquier fenómeno de la naturaleza. “Yo trabajé en República Dominicana en la construcción de los campus regionales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, por lo que al escuchar sobre este proyecto retorné a mi país, quería ayudar en algo que aprendí, construir universidades (se ríe). Y me voy a quedar para trabajar aquí”. Igual que Dorle, 50 ciudadanos haitianos retornaron al país de origen atraídos por la construcción de Limonada.
Edificar puentes
El 20 de diciembre terminó la construcción del campus, tal como lo planificó en junio de 2010 el ingeniero Onéximo González, vicepresidente de proyectos de Transvialsa y Vialidad. En el transcurso de los trabajos, González acumuló la experiencia que llama crear el futuro entre dos naciones, por lo que las declaraciones del 10 de noviembre del presidente haitiano, Michelle Materlly, al visitar el campus todavía sin terminar sus edificaciones, alimentaron su esperanza de que al construir la Universidad Henry Christhophe se extienda un puente de entendimiento constante entre los dominicanos y haitianos. Martelly expresó que la construcción del campus es el “resultado de una buena cooperación entre los dos pueblos y garantiza que ambos países pueden hacer el trabajo conjunto”.
De hecho, el primer mandatario haitiano alentó la participación de todos en la realización del proyecto, incluida la de su homólogo, el presidente dominicano doctor Leonel Fernández. Asimismo, felicitó al embajador dominicano, Rubén Silié, y a todos los ingenieros haitianos y dominicanos que trabajaban en el lugar. De acuerdo con el ingeniero González, el terreno seleccionado para construir la universidad posee un entorno color esperanza y se erige como la infraestructura de mayor relevancia de la zona.
“La fuerza humana de las naciones de nuestra isla levantó edificios magníficos con todas las reglas antisísmicas, con todos los análisis de suelo realizados. Una obra que será recibida por el pueblo para toda la posteridad, una obra que los dominicanos hemos trabajado con el mismo amor, pasión y responsabilidad con la que hemos realizado los centros universitarios en nuestro país”, comenta González La estudiante de Comunicaciones Corporativas Catherine Duré no volverá a Haití a estudiar una carrera universitaria: “lo que me interesa es experimentar nuevas cosas, me gusta migrar de un sitio a otro”. Sin embargo, al conocer el proyecto de la Universidad Henry Christophe de Haití se ha puesto como meta acumular experiencias en su área para luego ir a enseñarla en una de las 72 aulas de este campus.
