Revista GLOBAL

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RD: retos y factores a superar

by Andrés van der Horst Álvarez
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El comercio internacional promete crecimiento económico y bienestar para aquellos países que participen en el proceso de apertura. Sin embargo, los niveles de competitividad de las economías, de sus instituciones y sus productos, conforman factores determinantes para el éxito en la inserción en los mercados globales. Por su parte, la sostenibilidad de los beneficios estará dada por una eficiente distribución de los recursos hacia aquellas áreas de mayor retorno y valor agregado, junto a factores de calidad, innovación, capacitación, entre otros comprendidos en el concepto de competitividad. Podemos definir competitividad como la capacidad de una economía, región, incluso empresa o institución, de producir bienes y servicios de clase mundial, lográndolo de manera eficiente y bajo un esquema de ventajas comparativas traducida a costos complementado por factores de calidad, innovación y asignación eficiente de recursos.

Así, mientras mayores sean los niveles de competitividad, mayores serán los beneficios obtenidos a partir del comercio internacional, entre estos el desarrollo humano y el bienestar socio-económico de la población. En este sentido, existen diversos estudios que demuestran una marcada correlación positiva entre el índice de competitividad de las naciones y su nivel de desarrollo humano. Así, aquellos países que han logrado mantener niveles de competitividad elevados, también presentan niveles bastante favorables del Índice de Desarrollo Humano (HDI) que calcula el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) cada año. La gráfica siguiente muestra la correlación entre este último índice y el Índice Global de Competitividad (igc) elaborado por el Foro Económico Mundial.

Como podemos apreciar, países de un alto desarrollo económico y humano –tales como Estados Unidos, Dinamarca, Noruega y Canadá– también presentan los mayores índices globales de competitividad internacional. Si bien la República Dominicana, como podemos ver en el mismo gráfico, se encuentra situada en los segmentos de menor desarrollo tanto humano como competitivo, ha podido lograr una evolución favorable en su igc, comportamiento que nos disponemos a destacar a continuación.

Los indicadores del fem 

Antes que nada, resulta importante señalar que el Foro Económico Mundial es actualmente el organismo internacional que elabora el indicador más fiable y completo para medir la competitividad de los países a escala global. El indicador mide distintos factores a través de la incorporación de sub-índices relativos a: desempeño del ambiente macroeconómico, entorno institucional, derechos de propiedad, calidad del sistema judicial, niveles de corrupción, así como elementos fundamentales de los recursos tales como la educación y el entrenamiento técnico profesional.

Paralelamente, y con el fin de medir aquellos elementos microeconómicos relacionados con la competitividad de los países, el Foro Económico también elabora un índice de competitividad empresarial (ice), desarrollado por el reconocido profesor Michael Porter, mediante el cual se abordan elementos específicos de eficiencia económica y productividad empresarial. Aun cuando gran parte de la discusión en materia de competitividad se basa en factores macroeconómicos, políticos, legales y sociales, el ice clasifica los países de acuerdo a su competitividad microeconómica, identificando aquellas fortalezas y debilidades en términos de las condiciones del ambiente empresarial para cada nación, así como elementos relacionados con las operaciones y estrategias de las empresas. Aun cuando ambos índices, tanto el igc como el ice, pudiesen parecer un tanto simples en cuanto a su estructura, ofrecen un panorama sistémico sobre aquellos factores críticos que determinan la productividad y la competitividad de los países, entre los cuales vale la pena mencionar: instituciones, infraestructura, macroeconomía, salud, educación y formación, eficiencia de mercado, preparación tecnológica, sofisticación empresarial, innovación, y estrategias empresariales; factores todos relacionados con el concepto holístico de competitividad que ha sido tomado por el Consejo Nacional de Competitividad (cnc) para la elaboración del Plan Nacional de Competitividad Sistémica.

Posición dominicana 

Pasando ahora a evaluar el posicionamiento de la República Dominicana en la clasificación realizada por el Foro Económico Mundial, es importante destacar que la institución primeramente clasifica los distintos países de acuerdo a tres etapas básicas en su nivel de desarrollo: 1) la conducida por los factores de producción (donde la competencia se basa en la dotación de recursos, precios y salarios bajos), 2) la conducida por la eficiencia (gracias al desarrollo de procesos productivos más eficientes y el aumento de la calidad de los productos), y 3) aquella conducida por la innovación (en la cual los altos salarios y la calidad de vida de los países se sustentan en la creación de nuevos productos por parte de las empresas). La República Dominicana ha sido clasificada dentro de la segunda etapa de desarrollo que define el fem. De acuerdo al Reporte Global de Competitividad 2006-2007, la República Dominicana ocupa la posición número 83 de un total de 125 países analizados, y ha mejorado notablemente su desempeño con relación al año anterior, cuando se encontraba en la posición número 91. Dicha mejora resulta particularmente relevante si tomamos en cuenta que la gran mayoría de los países analizados en el informe empeoraron su calificación o no mostraron cambio alguno con relación a años anteriores. El cuadro siguiente muestra el posicionamiento general de la República Dominicana, así como la puntuación obtenida en los distintos subíndices. Mientras menor sea el número de la posición, más competitivo es el país.

Como podemos observar, el subíndice para el cual la República Dominicana posee un mejor desempeño es aquel relativo a “reforzadores de eficiencia”, dado que los avances del país en materia de educación superior, formación técnica, eficiencia de mercado y preparación tecnológica fueron muy superiores a aquellos contemplados en los subíndices de “requerimientos básicos” y “factores de innovación”. Este último indicador muestra el mayor nivel de rezago para el caso dominicano, ya que el mismo contempla los pilares esenciales de sofisticación empresarial e innovación, en los cuales la República Dominicana necesita lograr mejoras sustantivas para obtener una mejor posición en dichos renglones a escala internacional.

Por otra parte, el resultado presentado por el pilar “preparación tecnológica” resulta muy positivo, ya que ocupa la posición 59, lo cual podría traducirse en un efecto de arrastre de cara a años posteriores para lograr un impulso en el pilar “innovación” sobre la base de un mejor uso y aplicación de las nuevas tecnologías. Desafortunadamente, la República Dominicana ocupa aún posiciones fuera de las dos mejores terceras partes de la clasificación en prácticamente todas las categorías. Esto implica que dentro de aquellos países analizados por el Foro Económico Mundial, la República Dominicana no ha logrado posicionarse en un lugar privilegiado en materia competitiva, a pesar de los significativos avances logrados hasta la fecha. Así, la gráfica siguiente nos muestra el favorable desempeño exhibido por el país en materia competitiva, en especial a partir del reporte 2005-2006. Resulta importante señalar, en este sentido, que los datos de cada año corresponden al comportamiento del año inmediatamente anterior, los cuales son levantados durante el mes de marzo de dicho año. Por esto el comportamiento marcadamente negativo presentado en 2005, que corresponde en realidad a datos levantados hacia inicios de 2004, cuando aún se sentían los efectos de la funesta crisis financiera enfrentada por el país en el período 2003- 2004.

Contexto latinoamericano 

Como es por todos sabido, el país más competitivo de la región de América Latina y el Caribe es Chile, que ocupa la posición 27 a escala global. Debemos destacar que Chile, junto con la República Dominicana, fueron las dos economías que más crecieron a escala regional durante las últimas tres décadas; sin embargo, a lo largo del tiempo, el país sudamericano adelantó mucho más en materia de competitividad con relación a la República Dominicana. Asimismo, la economía chilena se caracteriza hoy por poseer niveles de apertura e integración global sustentados por instituciones fuertes y eficientes, en muchos casos superiores al promedio europeo, mientras que la República Dominicana todavía tiene muchos retos que enfrentar en estos aspectos. En la tabla anterior podemos apreciar el posicionamiento competitivo a escala global de los países de la región de América Latina y el Caribe, así como el lugar que cada uno de estos países ocupa a escala regional. Los países latinoamericanos que aumentaron su competitividad con relación al resto de los países analizados por el fem son: Costa Rica, Panamá, México, Jamaica, Perú, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Nicaragua y Bolivia; Guatemala y la República Dominicana son los dos países que más posiciones escalaron dentro de la clasificación global. Chile es seguido por Barbados como el más competitivo de la región, destacando que Barbados forma parte por primera vez este año del listado de países analizados por el reporte del fem. Por otro lado, los países que ocupan una posición menos favorable dentro de la clasificación global de competitividad son: El Salvador, Colombia, Brasil, Trinidad y Tobago, Argentina, Uruguay, Venezuela, Ecuador, Paraguay y Guyana.

La República Dominicana, aunque mantiene su posición dentro del contexto latinoamericano en el lugar 15 de un total de 22 países de la región, ha mejorado notablemente su índice global de competitividad al pasar de 3.56 a 3.75, lo que le permitió pasar de la posición 91 a la 83 a escala global. Otro importante indicador que nos ofrece el Foro Económico Mundial en materia de competitividad es el índice de tecnología, el cual mide el grado de preparación y apertura de un país o comunidad a participar o beneficiarse del desarrollo tecnológico. En este sentido, Chile ocupa nuevamente la posición más competitiva en materia de tecnología en el ámbito regional, ocupando la posición 29 a escala global. La República Dominicana ocupa la posición 89 dentro de la clasificación de 115 países, mientras que Ecuador, Honduras, Nicaragua, Bolivia, Paraguay y Guyana se sitúan en las posiciones menos favorables. En adición, durante el pasado mes de marzo de 2007 el fem publicó por primera vez el Reporte de la Competitividad Global en Turismo y Viajes, el cual explora aquellos factores y políticas que subyacen tras el desempeño competitivo de 124 países del mundo en el sector turístico.

En este sentido, el índice de competitividad turística y de viajes (ttci por sus siglas en inglés) clasifica a los países estudiados sobre la base de tres grandes pilares: marco regulatorio para el sector turístico, infraestructura y clima de negocios en el sector turístico, y finalmente recursos humanos, culturales y naturales del sector. En la región de América Latina y el Caribe, Barbados resulta ser el país más competitivo en este sector, seguido de Costa Rica, Chile y la República Dominicana.

La República Dominicana ocupa la posición número 50 dentro de un total de 124 países incluidos en el reporte. Las principales ventajas competitivas de nuestro país en materia de turismo, según dicha fuente, se centran en los recursos humanos,culturales y naturales que tiene el país, pilar en el que ocupa la posición 29, superando países como Chile, Jamaica y México. En este indicador, Barbados lidera la región, ocupando la posición 17 a nivel global. En cuanto a los otros dos subcomponentes relativos a marco regulatorio y ambiente de negocios e infraestructura turística, la República Dominicana ocupa las posiciones 51 y 71, respectivamente, mientras que el líder regional, Barbados, ocupa las posiciones 31 y 36, respectivamente. 

Entorno internacional 

Finalmente, y con el objetivo de ampliar el rango de comparación de nuestro país con aquellos países más competitivos a escala global, con muchos de los cuales ya competimos y otros con los que estaremos eventualmente compitiendo –esto a modo de no limitarnos a nuestros vecinos latinoamericanos–, consideramos importante señalar también aquellos aspectos que hacen que economías como Suiza, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Singapur, Japón y Hong Kong ocupen los primeros lugares no sólo de sus respectivas regiones, sino del mundo. Así, tenemos que en el último reporte del fem, Suiza ocupó la posición del país más competitivo del mundo, reemplazando a Estados Unidos, quien lamentablemente descendió a la sexta posición debido básicamente al aumento de algunos desequilibrios macroeconómicos y a aspectos relacionados con los niveles de eficiencia y transparencia de sus instituciones públicas.

La segunda y tercera posiciones correspondieron a Finlandia y Suecia, respectivamente. Para el caso particular de Suiza, podemos decir que este país se destaca por su ventajoso clima institucional, excelente infraestructura, mercados eficientes, respeto por el Estado de derecho, alto nivel de innovación tecnológica y una cultura empresarial de alto grado de sofisticación. Asimismo, la economía suiza sobresale por encima del resto de los países del mundo por su ampliamente desarrollada infraestructura para la investigación científica, la cual se caracteriza por una estrecha colaboración entre los principales centros de investigación y desarrollo y las industrias. Además, hay que destacar el fuerte compromiso con el respeto de los derechos de propiedad intelectual y por su sistema judicial, sumamente eficiente, así como los altos niveles de transparencia y responsabilidad de las instituciones públicas, todo acompañado de una mano de obra altamente calificada y un entorno macroeconómico sumamente estable.

Como vemos, el posicionamiento de Suiza como el país más competitivo del mundo resulta todo menos fortuito, por cuanto debemos tomar de modelo aquellos aspectos que caracterizan esta economía para así tratar de convertirnos en la “Suiza del Caribe”, superando todos aquellos escollos que hasta el momento limitan nuestro crecimiento competitivo. Del mismo modo, observamos que economías tales como Singapur, Japón, Hong Kong y Taiwán –las cuales ocupan las posiciones 5, 7, 11 y 13, respectivamente, dentro de la clasificación de competitividad global– poseen infraestructuras de alta calidad, mercados eficientes, flexibles y ágiles, así como una fuerza laboral bien educada. En adición, debemos señalar que dichos países se encuentran operando más allá de la frontera tecnológica, tanto en el ámbito de empresas como de consumidores. Definitivamente, conforman ejemplos sobresalientes a seguir.

Otra economía cuyo posicionamiento resulta bastante interesante de conocer es India, la cual ocupa la posición 43 a escala mundial, un país que a pesar de pertenecer a la primera etapa de desarrollo (conducida por los factores de producción) ha logrado alcanzar la más alta posición dentro de dicha clasificación. Según el reporte del fem, la economía de India sobresale por su alta capacidad de innovación, así como por la sofisticación de sus operaciones empresariales. Esto es especialmente notorio en el área de la investigación científica, donde resalta la gran cantidad de científicos e ingenieros que de manera creciente ofrecen sus conocimientos al sector privado. Las tasas de transferencia de tecnología son altas, a pesar de que todavía no resulta loable la tasa de penetración de nuevas tecnologías de acuerdo a los estándares internacionales. 

Conclusiones 

Los significativos avances presentados por la República Dominicana en materia competitiva no son fruto de la casualidad o, como algunos podrían pensar, de la suerte. La competitividad la entendemos como el resultado de un proceso de aprendizaje y cambio de mentalidad orientado a los grupos colectivos, las instituciones, el sector privado y el gobierno en general; se trata del producto de una política coherente y sistemática, encaminada a lograr un sistema productivo basado en un capital humano eficiente y una equitativa distribución de los ingresos, lo cual permita alcanzar mayores niveles de bienestar tanto económico como social.

A modo de potenciar los beneficios inherentes al comercio internacional, entendemos como un elemento imprescindible la existencia de una “estrategia-país”, o sea, una especie de plan de ruta que nos indique hacia qué segmentos orientarnos y qué tipo de asignaciones y ajustes debemos realizar en materia tanto productiva como institucional. En este sentido, nuestro país cuenta afortunadamente con el Plan Nacional de Competitividad Sistémica que constituye, sin lugar a duda, el plan más completo y coherente que país alguno de la región pueda poseer, por cuanto incluye los lineamientos principales a seguir por parte del Gobierno y el sector privado para lograr un mejor desempeño competitivo, encauzando a la vez nuestra economía por las sendas del progreso y una mejor distribución de la riqueza generada. Definitivamente la República Dominicana, al igual que el resto de Latinoamérica, enfrenta una gran cantidad de retos y factores a mejorar en materia de competitividad. Aun cuando se evidencian cambios positivos con relación a las tendencias globales, nuestros países deben enfatizar mucho más sus políticas de fortalecimiento institucional, mejoramiento del clima de negocios y promoción de la innovación, las cuales sólo podrán lograrse mediante mejoras sustanciales de los sistemas educativos y de formación de recursos, el fomento de la asociación empresarial, tanto en el ámbito público como privado, y la incorporación del concepto de calidad total como parte de los esquemas productivos e institucionales de nuestros países.

Bibliografía 

Consejo Nacional de Competitividad, Plan Nacional de Competitividad Sistémica de la República Dominicana (pncs-rd). World Economic Forum, Global Competitiveness Report 2005-2006, 2006- 2007. — Global Information & Technology Report 2006-2007.


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