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El maestro de Filosofía en la República Dominicana: una mirada radiográfica

by Luis Manuel Ramírez
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Una exhaustivo examen de las características que rodean al maestro de Filosofía en la República Dominicana: tipo de formación, acceso a la carrera, remuneración, estabilidad laboral, la formación en servicio, su evaluación, etcétera; pero sobre todo, una exposición de las dificultades que enfrenta la carrera que cada vez encuentra menos espacios de desarrollo y menos apoyo de la sociedad y de las propias instituciones académicas.

En la República Dominicana, la carrera de Filosofía se cursa en tres universidades o institutos de estudios superiores: en el Instituto Filosófico PedroFrancisco Bonó –avalado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (intec)–, en el Seminario Santo Tomás de Aquino –acreditado por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (pucmm)–, y en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (uasd). 

Algunas universidades como, por ejemplo, la Católica de Santo Domingo, conservan abierta la carrera de Filosofía y Letras, pero la gran mayoría lo que hace es ofrecer asignaturas vinculadas a la Filosofía que son comunes a todas las carreras, como son la Introducción a la Filosofía, Filosofía de la Ciencia, Metodología de Investigación, Antropología y Ética Profesional. 

Además de esta oferta formal de estudios filosóficos de los institutos de estudios superiores y universidades, existen otros espacios gratuitos para la discusión filosófica, como lo es la ronda filosófica de la Academia de Ciencias, que reúne cada domingo a un grupo de iniciados y profesores de Filosofía durante dos horas para acompañar la lectura de un autor o una obra. 

Por su parte, el Departamento de Filosofía de la uasd reúne bisemanalmente, los miércoles, en la Librería Mateca, a un grupo de maestros de Filosofía y personas inquietas en una tertulia en la que se exponen las ideas de un autor o un texto. También la ronda filosófica organizada por la pucmm, círculo filosófico que reúne durante dos horas, cada sábado, a un grupo de inquietos estudiantes de la universidad. Otra actividad es el coloquio realizado por la revista Paradigma: una vez al mes, una exposición y un conversatorio sobre un tema determinado y preestablecido.

Todo parece indicar que a este tipo de encuentros asiste casi siempre el mismo público: docentes de Filosofía, estudiantes de Filosofía, así como personas interesadas en la temática abordada. 

Vemos una clara reducción de la carrera de Filosofía. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hace algunos años la carrera de Filosofía fue una carrera floreciente; sin embargo, el número de la matrícula ha disminuido considerablemente, llegando a pensarse incluso en la posibilidad de cerrar la carrera. Ya tuvimos el caso de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (unphu), la cual cerró su escuela de Filosofía por falta de estudiantes. 

Además de la uasd, se mantiene abierta la carreta de Filosofía en el Centro Bonó, adscrito al intec, y el Seminario Santo Tomás de Aquino, adscrito a la pucmm; el número de la matrícula normalmente se mantiene por ser la Filosofía una carrera obligatoria para aquellos que se preparan para el ejercicio del ministerio sacerdotal en la Iglesia católica. Esta obligatoriedad de los estudios filosóficos en la carrera eclesiástica nos hace pensar que los estudiantes de la uasd son los únicos que se encuentran en la carrera por una opción vocacional filosófica.

Como las escuelas de Filosofía vinculadas a la formación católica son las que más alumnos tienen, son la mayor cantera de docentes de filosofía. 

Las universidades dominicanas que ofrecen una formación filosófica básica son la uasd, que tiene la carrera de Filosofía, como ya hemos señalado; la Universidad Interamericana; la Universidad intec, que ofrece asignaturas más vinculadas con metodología de investigación y epistemología y que apoya la carrera de Filosofía a través de Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó, y la pucmm, que tiene la carrera de Filosofía y ofrece algunas materias comunes para todas las carreras. Otras universidades tienen asignaturas vinculadas a la formación filosófica, pero no bajo la clave de Filosofía. 

La posibilidad de alcanzar un perfil económico razonable aparece en el escenario de los estudiantes como una razón de peso en lo que toca a la elección de su carrera, y la Filosofía no parece llenar esa necesidad. La carrera de Filosofía no sólo tiene para las nuevas generaciones poco atractivo, por los recursos económicos que pueda generar, sino también por la poca valoración social de la misma. Y es que la Filosofía, aunque no tenga un enfoque pedagógico, se encuentra vinculada a la actividad docente. El maestro en general es poco valorado, inclusive el profesor universitario. Cuando se trata de la Filosofía, esta desvalorización social se acentúa, pues se trata de una disciplina que no ofrece resultados inmediatos. 

Características de los maestros. Un alto porcentaje de los maestros de Filosofía se vinculó a la carrera a través de la formación eclesiástica. Se trata de ex seminaristas que descubrieron en la Filosofía la posibilidad de poner su grano de arena en la formación de las nuevas generaciones y la oportunidad de un empleo. La inmensa mayoría son hombres, aunque existe un significativo número de maestras de Filosofía. Son personas que tienen en promedio de más de 40 años. Se afirma que el maestro de Filosofía suele tener un perfil moral y humanamente ejemplar. 

Un cambio significativo ha ocurrido en la mentalidad de los maestros. La apertura a las nuevas corrientes de pensamiento ha permitido que rompan con la tendencia a repetir lo dicho por los filósofos representativos de las corrientes a las que se adscriben. Un nuevo empeño que supone más filosofar que repetir. El docente de Filosofía, en términos generales, se encuentra defendiendo un último reducto de posibilidad de pensamiento en la República Dominicana. El riesgo de que se extinga todo relevo en la enseñanza de la Filosofía es inminente y esto se refleja incluso en las escuelas de Filosofía vinculadas a los espacios eclesiásticos. 

La formación. La carrera de Filosofía, en los institutos universitarios dominicanos, dura normalmente cuatro años. La enseñanza de la Filosofía pura solamente se ofrece en la uasd. La licenciatura en Educación mención Filosofía, ofrecida por pucmm, y la licenciatura en Filosofía y Letras, ofrecida por la uasd y la ucsd, son carreras más atractivas para aquellos que apuestan por una formación vinculada a la Filosofía. Se trata de carreras en las que el nuevo profesional amplía sus horizontes y posibilidades de colocación laboral. 

Una característica de la carrera de Filosofía es que el campo en el que se ha desplegado es el de la docencia. No parece ser de interés el que un pensador, filósofo, dedique sus esfuerzos a generar opinión a través de los medios de comunicación. No existen fuentes de financiamiento para ello. 

Las universidades dominicanas, en el ámbito de la Filosofía, sólo ofrecen la certificación de estudios superiores de primer grado, excepto la uasd, que tiene una maestría en Metodología de Investigación y Epistemología, la cual se ha venido impartiendo durante varios años. Se trata de la única maestría en Filosofía que se ofrece actualmente en el país. A partir del año 2000 se han iniciado programas doctorales. Uno de ellos lo ofreció la unphu, por medio del Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, con el aval de la Universidad Complutense de Madrid y la uasd, comenzó un programa doctoral con la Universidad del País Vasco. 

La formación del maestro de Filosofía está básicamente centrada en la licenciatura. Y, siendo el principal ejercicio la docencia, a los estudiantes de Filosofía no se les forma, sin embargo, para ser docentes. La licenciatura en Filosofía es una suerte de introducción a los estudios generales de Filosofía; normalmente dura cuatro años y en ella se adquieren nociones generales de historia de la filosofía. La oferta de una titulación de licenciado en Filosofía y Letras o de licenciado en Filosofía y Educación se convirtieron en el criterio que permite al docente acceder a las plazas de trabajo. 

Los títulos académicos otorgados por las universidades en Filosofía son los siguientes: licenciado en Filosofía, licenciado en Filosofía mención Filosofía y Letras, licenciado en Filosofía y Humanidades, licenciado en Filosofía y Educación. 

El acceso. El acceso a la cátedra de Filosofía no es uniforme para todas las universidades. En la uasd, por ejemplo, la entrada a las cátedras de Filosofía se realiza por concurso, en el que el candidato presenta su currículo y copia de la documentación que acredita su formación, y en una fecha establecida es sometido a un examen general sobre los contenidos de la asignatura a la que aspira y un examen oral sobre sus actitudes, capacidades y manejo del legado filosófico. En las universidades privadas suele examinarse el currículo del candidato y tras estas consideraciones se le entrevista sobre la metodología, cualidades y experiencias en la enseñanza de la Filosofía (realizada por el coordinador de área) y se presenta a la vicerrectoría para que realice otras valoraciones. 

En este punto no puede pasarse por alto los tipos de contratos que existen entre las universidades y los docentes. Podemos destacar por ejemplo, el contrato por asignatura, en el que el maestro es contratado para ofrecer una asignatura concreta, para un grupo o más. Aquí el docente es contratado por un semestre y no existe obligación de volver a contratarlo en el siguiente ciclo o semestre, por lo que la universidad puede elegir entre hacer un contrato nuevo o simplemente dejarlo fuera. La intención en este tipo de contrato es asumir las necesidades que los maestros de planta no pueden cubrir. La mayoría de las universidades contratan a sus docentes como profesores contratados por asignatura. 

Las universidades normalmente no tienen un escalafón que tenga que ver con el mérito, con publicaciones y rendimiento. En el caso de la uasd se dan diversas categorías de acuerdo al tiempo dedicado a la enseñanza. 

A partir de 1996, una nueva condición determina el acceso a la carrera docente de Filosofía en la uasd: los nuevos docentes debían tener como carrera base el estudio de la Filosofía. Entonces entran a formar parte de la escuela de Filosofía de la uasd maestros provenientes de otras universidades e incluso egresados del seminario Santo Tomás de Aquino. 

Las remuneraciones. Sobre el modo de determinar las remuneraciones que recibe el maestro de Filosofía no existen criterios unívocos. Las remuneraciones que recibe el docente varían de una institución a otra. En el caso de pucmm existen diferencias entre los docentes de acuerdo a su contratación: está el profesor contratado por asignatura, por jornada –que tiene la obligación de ofrecer 10 horas a la semana– y el profesor a tiempo completo –que tiene obligación de 20 horas de clases a la semana–. (En todos los casos los docentes reciben un pago de acuerdo a su grado académico.) 

Aunque no existe un mecanismo único de acceso a las cátedras de Filosofía, es una obligación por ley el que los docentes universitarios tengan por lo menos grado de maestría. La Ley 139-01 de Educación Superior, Ciencia y Tecnología es el instrumento legal que regula la educación superior en el país. Normalmente, el maestro de Filosofía recibe un pago igual al de otras carreras con la diferencia de que el maestro de otras carreras normalmente es contratado por asignatura, pues se trata de profesionales destacados en sus áreas que ofrecen sus servicios a las universidades. El reconocimiento de su trabajo profesional junto a su grado académico constituyen el aval que le aseguran un espacio en la universidad. Usualmente los docentes del ciclo básico o común suelen tener una mayor carga académica que los que imparten de otras asignaturas propias de la carrera. No existen incentivos diferenciados para los maestros de Filosofía. 

El salario del maestro depende de sus horas presenciales en el aula. El trabajo de evaluación, preparación de clases, es decir, las tareas realizadas fuera del aula no son remuneradas. Y, como ya hemos señalado, dado el bajo salario recibido, el maestro tiene que asumir un elevado número de asignaturas para poder tener unas remuneraciones que le permitan vivir dignamente. El maestro tiene que trabajar con alrededor de 13 grupos, unas 39 horas de clases presenciales a la semana (tomando el caso de la uasd), si quiere tener un salario digno. 

Las universidades normalmente no tienen un escalafón que tenga que ver con el mérito, con publicaciones y rendimiento. En el caso de la uasd se dan diversas categorías de acuerdo al tiempo dedicado a la enseñanza. 

La estabilidad laboral. Se puede decir que entre los profesores de Filosofía existe una cierta estabilidad laboral. Sin embargo, resulta contradictorio el hecho de que la carga académica necesaria para tener un salario decoroso y capaz de cubrir las necesidades básicas del maestro es muy grande. Las remuneraciones dependen mucho de cada universidad. Y en esto hemos de considerar las cargas que supone cada curso. Por ejemplo, la uasd tiene cursos de Filosofía con hasta 70 y 80 alumnos por clase. 

Algunos profesores de Filosofía imparten docencia en diversas universidades. A esto se suma la falta de seguridad que le da su condición de maestro por asignatura y la ausencia de responsabilidad prestataria por parte de las instituciones en las que trabaja. 

La formación en servicio. 

En Filosofía, las universidades ofrecen muy pocas opciones de postgrado, maestría y doctorados. En los últimos años se han comenzado a ofrecer espacios de formación a través de acuerdos con universidades del exterior. Sin embargo, los costos de esta formación normalmente son pagados por los maestros interesados. Para este tipo de formación en servicio, los maestros tienen que agenciarse los recursos que los especialicen en sus áreas. El acceso a un título especializado más allá de la licenciatura obliga al docente a buscar un título fuera del país. 

Las universidades no cuentan con mecanismos de formación en servicio. Los departamentos generan sus propios espacios de discusión y promoción. Se trata de espacios co-curriculares de formación y actualización, mecanismos alternativos de formación del profesor. 

Se ha de resaltar la labor de la Academia de Ciencias de la República Dominicana en la promoción de los estudios filosóficos. De modo particular, se resalta la existencia de una comisión de filosofía que realiza publicaciones, reuniones, conferencias y tiene un ciclo semanal de lectura filosófica. 

La evaluación. Las universidades privadas contemplan mecanismos de evaluación de los maestros. La pretensión del instrumento es ayudar al profesor a mejorar su práctica pedagógica. Esta evaluación no tiene como objeto la sanción ni la promoción. Una evolución reiterativamente mala, a lo largo de diversos ciclos, podría provocar la suspensión definitiva del maestro. 

En la universidad pública, el maestro es evaluado cada semestre por los estudiantes, por los encargados de departamento y por los propios maestros. En ninguno de los casos se trata de un recurso determinante o sancionador, sino más bien de un instrumento de ayuda y orientación que se le entrega al docente para que considere las dimensiones a mejorar. 

Elemento central de la profesión. El maestro de Filosofía es un profesional de las ideas, un motivador de nuevas visiones sobre el mundo y sobre la realidad en que viven e interactúan las personas. Los maestros de filosofía están entre los docentes que más publican. Son obreros de la razón, la criticidad, la lectura y la independencia de criterios. La labor docente es para ellos una oportunidad de intercambio y diálogo sobre las realidades. 

En la enseñanza de la filosofía es relevante la formación académica, es decir, el dominio del contenido y la canalización de los recursos necesarios para comunicar a los demás el patrimonio histórico-filosófico de la humanidad. Es necesario llegar de una manera atractiva e interesante al interlocutor para moverle a preguntarse sobre su razón de ser y existir. 

La satisfacción del maestro va muy vinculada a la vocación del docente. La consideración social del docente de Filosofía como una persona con deseos de aportar y capaz de generar inquietudes en el alumno, capaz de inquietar y cuestionar la razón humana, al tiempo que ayuda a abrir ventanas a nuevos horizontes. En este momento, en la mayoría de los casos, se trata de un empeño que responde más a una vocación que a unos incentivos. 

Se puede afirmar que un maestro de Filosofía tienen éxito cuando encuentra el eco necesario en sus interlocutores. Un dato relevante de esto puede ser el hecho de que el estudiante se acerque con sus propios interrogantes e inquietudes incluso fuera del aula. A nivel grupal el éxito se muestra cuando se funciona como equipo y se crea la conciencia de que el razonamiento es necesario para el crecimiento y el avance de los seres humanos. 

El maestro exitoso es aquel que logra interesar en los contenidos propios de la Filosofía a por lo menos un estudiante de una sección. Si el profesor logra que después de salir de un curso, el estudiante fije su mirada en un texto de Filosofía y vuelva a leer puede considerarse exitoso. Y si logró cambiar la opinión del estudiante sobre la filosofía, que ahora deja de pensar que es un asunto de locos, entonces puede considerarse exitoso. Si logra romper con la idea de la filosofía como canastilla en donde entran solo las ideas del maestro. entonces puede afirmarse que el éxito lo ha coronado. 

La profesionalización. En la República Dominicana no existe una carrera que ofrezca como perfil ser maestro de Filosofía. Los candidatos estudian Filosofía y después se ocupan de ver qué hacer con la formación recibida. No se prepara a la persona para ser profesor de Filosofía. De lo que se sigue que el neo-maestro de Filosofía tiene que ingeniárselas para salir adelante en los procesos de enseñanza de la misma. No se prepara para ser maestro de Filosofía, de ahí que muchos docentes del área sean considerados aburridos y repetitivos. El modelo de profesionalización más difundido es el del que se forma en el ámbito del seminario. A todo esto se suma el hecho de que en el país no existen políticas públicas encaminadas a la formación del maestro de Filosofía. 

Por su parte, las universidades no tienen políticas ni iniciativas con miras a la integración de jóvenes talentosos en la carrera de Filosofía. Lo que sí existen son iniciativas particulares a través de invitaciones a los círculos y conversatorios sobre temas de Filosofía. Podemos afirmar que las estrategias para estimular la formación profesional de maestro de Filosofía son muy escasas. En el país no se ofrecen maestrías a través de las universidades nacionales. Existe una Sociedad Dominicana de Filosofía, pero en la práctica no es una organización funcional. 

Dada la naturaleza dinámica de la carrera, está en el ánimo de los maestros el deseo de mejorar permanentemente su formación. Pero no siempre esto es posible, dado los altos costos de las especializaciones. Aunque el financiamiento de la actualización del maestro de Filosofía podría ser asumido por las instituciones a las que estos ofrecen sus servicios, en la práctica ello no se da. 

Dificultades y facilidades en el proceso de enseñanza. Las piedras con que se tropieza no proceden del ámbito administrativo de las instituciones. Estas dificultades proceden básicamente de la formación de los estudiantes, que no saben leer, que no manejan el diccionario en sus lecturas, que no distinguen entre las ideas propias y las del autor y que profesan una no confesada aversión por la Filosofía. Por lo que la primera tarea de un maestro de este campo consiste en ganarse al público y motivarlo para que se interese por sus contenidos. 

Lamentablemente, la mayoría de los maestros dan por hecho que “lo que es importante para él también lo es para esos jóvenes”, que normalmente van a las universidades urgidos por la necesidad laboral. 

Debe enfatizarse que un problema generalizado en la enseñanza de la Filosofía es la deficiente preparación de los estudiantes al llegar a la universidad. La poca costumbre de razonar como elemento esencial en la resolución de situaciones se convierte en un obstáculo difícil de superar. 

El estudiante pretende embotellarse las asignaturas y así no se hace Filosofía. Muchos de los estudiantes que ingresan a las universidades ni siquiera leen bien, y muchas veces, si leen bien, no comprenden lo que leen. A esto se suma una cierta apatía por la filosofía, a la cual consideran como un “perder el tiempo”, ya que de ella no se desprenden resultados inmediatos. Algunos estudiantes y académicos incluso hablan de la inutilidad de la introducción a la Filosofía en la formación troncal obligatoria de la educación superior. 

El acceso a las fuentes representa en ciertos casos una problemática frecuente. Sin embargo, esta es más o menos subsanada a través de fotocopias, Internet y el correo electrónico, todos recursos común mente utilizados por los maestros de Filosofía. 

El ambiente y condiciones de trabajo del maestro de Filosofía varían mucho de una universidad a otra. Los grandes grupos de trabajo acarrean en numerosos casos dificultades reales en el proceso de enseñanza de la Filosofía. A esto se suma la poca disponibilidad de tiempo para la autoformación del maestro, pues tiene que tener un número elevado de horas de clases que le permitan acceder a un salario razonable. 

En términos generales, el profesor de Filosofía es mal valorado. El estudiante, antes de llegar al aula, tiene una serie de preconceptos sobre la asignatura. Tiene la idea de que sus creencias básicas serán atacadas. En el mejor de los casos, el maestro de Filosofía es considerado como alguien que se encuentra en otro mundo, y en el peor, que está loco. 

Dado que el trabajo supone básicamente la razón, en los procesos de enseñanza, los recursos suelen ser abundantes y a muy bajo costo. El diálogo socrático es un recurso idóneo que se realiza a partir de la lectura de textos seleccionados. 

Falta de políticas públicas. 

Finalmente no podemos pasar por alto la ausencia de políticas públicas de profesionalización del maestro de Filosofía. No existen políticas públicas tendientes a mejorar la calidad del docente que enseña Filosofía. La Filosofía no se promueve en el Estado dominicano. Contrariamente a esto, se suprimió una asignatura de introducción a la Filosofía que se ofrecía en el bachillerato. 

Consideraciones finales. Han sido muy valientes las instituciones que, a pesar del limitado número de inscritos en sus matrículas, conservan abiertas su carrera de Filosofía. Pero es importante agenciar los recursos que hagan posible mantener con vida estas instituciones, no bajo la inercia de lo que fue, sino con nuevos bríos que den vida a la reflexión y al quehacer filosófico en la República Dominicana. 

Dadas las precariedades y la baja inversión de las universidades en la formación continua de sus docentes, se podría pensar en la organización conjunta de cursos que favorezcan la formación didáctica filosófica de sus docentes. La organización de este tipo de formación, en lo que hace a sus costos, podría distribuirse uniformemente entre las instituciones participantes reduciéndolos. 

Queda, ante todos, el reto y la tarea de hacer de la carrera de Filosofía un espacio productivo y de interés. 

Los espacios gratuitos son una formidable oportunidad para difundir y motivar al estudio de la filosofía, pero lo esporádico de los encuentros y lo disperso de los temas puede no aportar la sistematicidad necesaria, ni la motivación para atraer nuevos y buenos talentos para la enseñanza filosófica. 

La Iglesia católica, por la obligatoriedad de los estudios de Filosofía en aquellos que se forman para el ejercicio del ministerio sacerdotal, se ha constituido en la nueva cantera de maestros de Filosofía de la República Dominicana, aunque su carácter confesional hace correr el riesgo de que no se valoren escuelas y corrientes de pensamiento importantes en la historia de la Filosofía. 

Para mejorar la condición del maestro de Filosofía es conveniente mantener vivos los espacios de encuentro y formación, congresos, asociaciones, revistas de divulgación sobre temas didácticos de la Filosofía, programas de educación continua para profesores de Filosofía. Que las universidades se distribuyan la responsabilidad de actualización de sus docentes de tal suerte que la carga en los costos se distribuyan entre las instituciones. 

Nota: El presente artículo fue escrito a partir de entrevistas y encuentros con docentes de Filosofía y responsables de los departamentos y escuelas de las universidades en donde se imparte la materia de Filosofía. 


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