Efectos de la covid-19 en el sector de la construcción Estados Unidos, España y República Dominicana

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El sector de la construcción ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Stanley Tineo, un joven profesional de la ingeniería civil perteneciente a la diáspora dominicana en Nueva York, con una amplia experiencia en el ramo, describe y evalúa la situación por la que atraviesa este importante núcleo económico en Estados Unidos, España y República Dominicana, producto de su investigación en estos tres países. 

La enfermedad del coronavirus (covid-19) se propagó por todo el planeta en el año 2020, después de haber golpeado a China a finales del 2019, afectando a casi todas las naciones. Los sectores económicos a nivel global sufrieron los efectos en casi todos sus niveles, pero intentaremos determinar de qué manera afectó al sector construcción en distintos países. Desde la óptica del sector construcción, analizamos los efectos inmediatos en la fuerza laboral y en el alza en los materiales de construcción provocados por esta enfermedad en Estados Unidos, República Dominicana y España, debido al rol de suma importancia que este sector juega en la reactivación de la economía. 

Aunque luego dos científicos estimaron que el primer caso de covid-19 emergió entre octubre y la mitad de noviembre del 2019 en China, y determinaron que para enero del 2020 el virus ya se había extendido globalmente, utilizando un método de ciencia de la conservación, los primeros casos conocidos del nuevo coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) fueron identificados en Wuhan, China a finales de diciembre del 2019, cuando el Centro de Wuhan para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en la provincia de Hubei detectó casos de neumonía de origen desconocido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó la enfermedad causada por el virus como enfermedad del coronavirus 2019 (covid-19, por sus siglas en inglés) el 11 de febrero del 2020, y el 11 de marzo del 2020 la propia OMS declaraba la covid-19 como una pandemia, basándose en los altos niveles registrados: 118,000 casos en 114 países y 4,291 personas fallecidas hasta ese momento. 

Una vez la OMS declaró la enfermedad del coronavirus 2019 como una pandemia, la mayoría de naciones del mundo empezaron a tomar medidas de prevención urgentes y agresivas para contener el virus, exceptuando el caso de Italia, que ya había declarado estado de emergencia el 31 de enero del 2020 por seis meses, atendiendo a la declaración del director-general de la OMS sobre el brote mundial del nuevo coronavirus como una emergencia de salud pública de preocupación internacional (PHEIC); y por supuesto, de China, que fue el país donde se originó́ el virus. Italia también declaró el cierre de negocios no esenciales un día antes de que la OMS declarara la enfermedad como pandemia, el 10 de marzo del 2020, debido a que fue el primer país en convertirse en el epicentro de la enfermedad fuera de China. 

El Gobierno español aprobó el 14 de marzo del 2020 declarar el estado de alarma en todo el territorio español, hasta el 21 de junio del 2020, para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por la covid-19. La República Dominicana implementó el protocolo de salud de acceso al país el 15 de marzo, incluyendo la toma de temperatura y el establecimiento de cuarentena a todos los pasajeros provenientes de otros países. Sin embargo, es el 16 de marzo cuando se implementan medidas más rigurosas como la suspensión de vuelos provenientes de Europa, China, Corea del Sur e Irán por 30 días, la suspensión de viajes al exterior de funcionarios públicos y la prohibición de llegada de cruceros a la isla. El presidente de los Estados Unidos publicó las directrices sobre el coronavirus para los Estados Unidos el 16 de marzo del 2020, anunciando las medidas a tomar para desacelerar la propagación del virus por 30 días. Estas medidas invitaban a los ciudadanos a quedarse en casa si se sentían enfermos o si alguien en su hogar tenía un resultado positivo del coronavirus, entre otras. Sin embargo, también se especificaba que, si la persona trabajaba en un sector de infraestructura crítica, así como está definido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), esta persona tenía una responsabilidad especial de mantener su horario de trabajo normal. 

El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos considera 16 sectores de infraestructura crítica cuyos activos, sistemas y redes, ya sean físicas o virtuales, se consideran tan vitales para los Estados Unidos que su incapacitación o destrucción tendría un efecto debilitante en la seguridad económica nacional, la salud pública y la seguridad nacional, o cualquier combinación de los mismos. Entre estos, se encuentran los siguientes sectores: químico, instalaciones comerciales, comunicaciones, manufactura crítica, presas, base industrial de defensa, servicios de emergencia, energía, servicios financieros, comida y agricultura, instalaciones gubernamentales, cuidado de salud y salud pública, tecnologías de la información, reactores, materiales y desechos nucleares, sistemas de transporte y sistemas de agua y aguas residuales. 

La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) publicó las guías para los trabajadores esenciales de infraestructura crítica durante la covid-19 el 19 de marzo del 2020. Esta guía identificaba funciones críticas, pero no se limitaba a sistemas que apoyan al personal de salud (ej., médicos, enfermeras, personal de laboratorio, etc.), la industria alimentaria (ej., supermercados y farmacias), proveedores de comunicación (ej., operadores, centros de datos de TI), soporte de sistemas de defensa, aplicación de la ley, obras públicas y otras operaciones esenciales. Siguiendo las directrices del Gobierno y la guía de la Agencia de Seguridad y Ciberseguridad, los distintos estados, ciudades y municipios de los Estados Unidos fueron ordenando pausas en los trabajos no esenciales. Los negocios cerraron, las escuelas y las oficinas se volvieron remotas y gran parte del país tenía órdenes estrictas de quedarse en casa. California fue el primer estado en emitir una orden de confinamiento en todo su territorio, el 19 de marzo, seguido de Illinois y Nueva Jersey el 21 de marzo, y luego de Nueva York el 22 de marzo. 

Las medidas tomadas por los países para prevenir, contener y contrarrestar los efectos de la covid-19 crearon graves contratiempos a múltiples sectores de la economía, pero afectaron aún más al sector de la construcción, parte del grupo supersectorial de industrias productoras de bienes. El sector de la construcción comprende establecimientos que se dedican principalmente a la construcción de viviendas, edificios, construcciones agrarias o proyectos de ingeniería (por ejemplo, carreteras, puentes, túneles, líneas férreas, aeropuertos, puertos, obras hidráulicas, sistemas de alcantarillado, instalaciones industriales, gasoductos, oleoductos, líneas eléctricas y sistemas de servicios públicos). También se incluyen en este sector los establecimientos que se dedican a la preparación de sitios para nuevas construcciones y a subdividir terrenos para la venta como sitios de construcción. 

El trabajo de construcción realizado puede incluir trabajos nuevos, adiciones, alteraciones o mantenimiento y reparaciones. Las actividades de estos establecimientos generalmente se administran en un lugar fijo de negocios, pero por igual realizan actividades de construcción en múltiples sitios de proyectos. Las responsabilidades de producción de los establecimientos de este sector se especifican generalmente en contratos con los propietarios de proyectos de construcción (contratos principales) o en contratos con otros establecimientos de construcción (subcontratos). 

Efectos inmediatos en la fuerza laboral 

Se ha construido una línea de tiempo de la propagación de la covid-19 con el propósito de fijar fechas para un análisis específico por país de los efectos causados por este nuevo virus en el sector de la construcción. Aunque el primer caso en los Estados Unidos y España fue registrado en enero del 2020, y el primer caso en República Dominicana fue registrado en febrero del 2020, el paro nacional en los tres países inició en marzo de ese año luego de que el presidente de los Estados Unidos emitiera los lineamientos a seguir, y los Gobiernos de España y República Dominicana declararan el estado de alarma y tomaran medidas rigurosas para contener el virus. Analizaremos, pues, los datos desde marzo del 2020 hasta la fecha. 

De acuerdo a la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, la tasa de desempleo en la industria de la construcción se incrementó bruscamente de un 6.9% en marzo del 2020 a un 16.6% en abril del 2020, correspondiente a una reducción de 1,022,000 empleados. Esto fue una reacción inmediata a las pausas de los trabajos no esenciales puestas en vigor en la mayoría de los estados del país. En los meses posteriores a abril del 2020, la tasa de desempleo fue disminuyendo en este sector con unos saltos de aproximadamente un 2.57% en los meses de mayo, junio y julio, hasta alcanzar un 8.9%. Hasta ese momento se habían reincorporado 662,000 trabajadores. Esto se debió a que, en la medida que se fueron conteniendo los efectos del virus, los trabajadores se iban incorporando a sus respectivos trabajos. Además, cada vez más las autoridades agregaban más proyectos como esenciales, entendiendo que los paros masivos habían creado situaciones económicas adversas en la vida de los trabajadores de este sector. 

De julio a noviembre del 2020, se experimenta una reducción paulatina en la tasa de desempleo en el sector de la construcción hasta llegar al 7.3%; 156,000 empleados más se reincorporan. Sin embargo, desde noviembre la tasa de desempleo en este sector se vuelve a incrementar hasta llegar a un 9.6% en febrero del 2021. Esto se debe a que los avances ya logrados en la contención de la propagación del virus vuelven a salirse de control, y los Estados retoman medidas de precaución revirtiendo algunas medidas ya tomadas en los planes de reapertura, reintroduciendo restricciones y endureciendo las medidas de mitigación, lo que dio como resultado una nueva reducción de la ocupación en el sector construcción. Se destaca que en octubre del 2020 se registró́ un 6.8%, un 0.1% por debajo de la tasa de marzo del 2020, lo que implica que en este mes se contrataron nuevos empleados, no contemplados antes en la industria. 

De febrero a junio del 2021, se experimentó nuevamente una reducción paulatina en la tasa de desempleo en el sector de la construcción hasta alcanzar un 7.5% en junio del 2021, pero todavía no alcanza el 6.9% que tenía el sector en marzo del 2020. En general, el sector ocupaba a 7,557,000 personas en marzo del 2020, empleando el 5% de la población trabajadora, y aunque se han logrado avances significativos, el sector registró 7,410,000 empleados en junio del 2021. Estas cifras demuestran que hasta esa fecha el sector de la construcción todavía no se recuperaba por completo en los Estados Unidos. 

Algunos estados todavía tenían para esas fechas diversas restricciones debido a que no alcanzaban un porciento satisfactorio de vacunación en la población. Sin embargo, ya se entiende muy bien el comportamiento del virus, además de que se sabe cuáles vacunas son eficaces para aliviar los efectos del mismo y se tiene un buen entendimiento de cómo tratar la enfermedad. Nuestras estimaciones son que, para el último cuatrimestre del año, el sector construcción volverá a su estado productivo prepandemia en los Estados Unidos. 

En la República Dominicana, las medidas impuestas por el Gobierno se iniciaron de igual manera en marzo del 2020. Estas medidas fueron un poco diferentes a las de Estados Unidos, ajustándose a la realidad nacional, pero afectaron en ambos casos de la misma manera. El 17 de marzo se suspendieron todas las actividades comerciales no esenciales, y dos días después se cerraron las fronteras del país por tierra, mar y aire. De la misma manera, esto afectó al sector de la construcción, causando una reducción en la fuerza laboral. 

De acuerdo con la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) realizada por el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), en el primer trimestre (enero-marzo) del año 2020 estaban ocupadas 323,538 personas en el sector construcción (41,396 en el sector formal y 282,142 en el sector informal), y este sector empleaba el 7.44% de la fuerza laboral a nivel nacional. En el segundo trimestre (abril-junio) del año 2020 hubo una reducción considerable en la fuerza laboral del sector, con 29,462 empleados menos, debido principalmente al impacto de las medidas de prevención ante la propagación de la covid-19 que se iniciaron el 17 de marzo. Sin embargo, esta reducción se atribuye solamente al sector informal de la construcción, ya que, en el sector formal, en realidad, hubo un incremento en la fuerza laboral de 1,429 empleados y en el sector informal hubo una reducción de 30,891 trabajadores para este trimestre. 

Este incremento en el sector formal de la construcción se debió a las medidas de desescalada puestas en funcionamiento el 17 de mayo del 2020. Se permitió a las microempresas, con un máximo de 10 empleados, trabajar con 5 empleados o no más del 50% de sus empleados. Las pequeñas empresas, que tienen entre 10 y 50 empleados, debían trabajar con un mínimo de 10 personas y no más de un 50% de sus empleados; y a las medianas y grandes empresas se les concedió laborar con no más de un 25% de su personal. Se deduce que las compañías constructoras y las dedicadas a la fabricación de materiales de construcción reiniciaron sus operaciones reincorporando a sus empleados formales y por esto se muestra este pequeño incremento. 

Es de interés observar que en el tercer trimestre (julio-septiembre) del año 2020 se incrementa el número de personas ocupadas en el sector construcción a 338,498 (36,578 en el sector formal y 301,920 en el sector informal), sobrepasando la fuerza laboral prepandemia, y aumenta aún más en el cuarto trimestre (octubre-diciembre) del año 2020, a 348,168 (29,454 en el sector formal y 318,714 en el informal), dando señales de que el sector se había recuperado prontamente debido a los incentivos proporcionados por el Gobierno, como el Fondo de Garantías y Financiamiento para beneficiar a las micro y pequeñas empresas (mipymes), que garantizaba recursos a tasas de interés bajas y habilitaba una cartera de hasta RD$125,100 millones, donde se contemplaban préstamos vigentes y préstamos nuevos dirigidos a las mipymes; y debido a que el sector construcción se había convertido en el área fundamental para incentivar la economía nuevamente. Este sector ha vuelto a su estado productivo en la República Dominicana, empleando aún más personas, el 8.32% de la fuerza total laboral nacional. 

En España también se da un fenómeno parecido al ocurrido en Estados Unidos y República Dominicana debido a la covid-19, aunque con ciertas diferencias. De igual manera, el Gobierno declaró estado de alarma en todo el territorio español para afrontar la situación de emergencia sanitaria en marzo del 2020. Pero, a diferencia de Estados Unidos y República Dominicana, España logra superar todas las fases del plan de desescalada en abril del 2020 y deroga las medidas puestas en funcionamiento con la declaración del estado de emergencia. 

De acuerdo a la Encuesta de Población Activa (EPA) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer trimestre (enero-marzo) del 2020, estaban ocupadas 2,555,600 personas en el sector de la construcción. Este sector empleaba aproximadamente el 13% de la fuerza laboral del país. En el segundo trimestre (abril-junio) del 2020 se observa una reducción en la fuerza laboral de 217,000 personas. Esto se debió a las restricciones adoptadas en el estado de alarma. En el tercer trimestre (julio-septiembre) del 2020, la fuerza laboral en el sector aumenta a 2,498,600 personas, dando señales de que la situación había mejorado y los trabajadores se reincorporaban nuevamente. En el cuarto trimestre (octubre-diciembre) todavía se observa una mejoría con un aumento en la fuerza laboral de 61,800 personas para un total de 2,560,400 ocupados, superando la cantidad de empleados en el primer trimestre del 2020. Sin embargo, en el primer trimestre (enero-marzo) 36,900 trabajadores para un total de 2,523,500. Esto se debió a la puesta en vigor del estado de alarma nuevamente el 25 de octubre del 2020, prorrogado el 3 de noviembre del 2020 hasta el 5 de mayo del 2021. De la misma manera como ocurre en Estados Unidos, ya para el segundo trimestre (abril-mayo) el sector de la construcción vuelve a emplear la misma cantidad o un número mayor de trabajadores registrados el primer trimestre del 2020, antes de que el estado de alarma fuera declarado inicialmente. 

Alza de precios de los materiales de construcción 

Existen otras dificultades, producto de la pandemia de la covid-19, en el sector de la construcción, además de la reducción de la fuerza laboral. Entre estas se destaca el alza en los precios de los materiales de construcción, la cual, a su vez, ha afectado el costo de producción de los inmuebles y ha influenciado el mercado de bienes raíces proporcionalmente. Este fenómeno también se ha observado en la República Dominicana, Estados Unidos y España. En República Dominicana se experimentó́ un incremento en el costo directo de las viviendas en el año 2020 de un 10.17%, de acuerdo al informe anual del Índice de Costos Directos de la Construcción de Viviendas (ICDV) elaborado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). En los Estados Unidos, de acuerdo a los datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales, los precios de los insumos para la construcción se han incrementado un 24.8% desde junio del año pasado. En España, de acuerdo al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), el índice de los consumos intermedios dentro del Índice de Costes de la Construcción (ICC) se incrementó́ en un 9.08% desde marzo del 2020 hasta mayo del 2021, después que había disminuido en los primeros meses. 

La construcción utiliza insumos como cemento, acero, bloques, madera, cerámica, yeso, vidrio, pinturas, plástico, arena, cal, piedras naturales y marmolito, varillas, tuberías PVC, alambre, clavos, químicos, accesorios y cables eléctricos, combustibles, entre otros. Comúnmente se le atribuye el alza de los precios a la escasez y al desabastecimiento. Sin embargo, se dan casos específicos en distintos países debido a la respuesta a la covid-19 que deben ser mencionados y analizados para entender a profundidad las razones por las cuales en estos momentos los precios de los insumos de la construcción y, por tanto, la construcción de viviendas se encuentran tan elevados. 

De acuerdo a los datos estadísticos obtenidos de la Dirección de Aduanas, la República Dominicana importa aproximadamente 12 millones de dólares mensuales en madera, 61 millones de dólares mensuales en fundición de hierro y acero y sus manufacturas, 5.5 millones de dólares mensuales en manufacturas de piedras, yeso fraguable, cemento, amianto (asbesto), mica o materias análogas, 64 millones de dólares mensuales en plástico y sus manufacturas, y alrededor de 9.5 millones de dólares mensuales en productos cerámicos como materia prima para la construcción. En los meses posteriores a las medidas de prevención impuestas por el Gobierno, de abril a septiembre del 2020 se importó́ madera, hierro y acero, manufacturas de piedras y materias análogas, plástico y productos cerámicos muy por debajo del promedio usual, alrededor de 6.9, 6.5, 3.1, 53.1, y 6.6 millones de dólares mensuales promedio, respectivamente, en estos seis meses. 

Aunque el sector construcción había sufrido un golpe muy fuerte en el segundo trimestre del año 2020, así como lo demuestran las estadísticas de la fuerza laboral, ya se recuperaba y se mostraba más fuerte para el tercer y cuarto trimestre de ese mismo año, como se explicó anteriormente. Esto implica que el sector se recuperó́ más rápido de lo que los importadores habían predicho, y debido a esta reducción en las importaciones de los materiales de construcción se produjo la escasez de materiales que dio como resultado el incremento en los precios de estos, y se incrementaron de la misma manera los precios de construcción de los inmuebles en el año 2020. 

Desde octubre del 2020 las importaciones aumentan nuevamente, en algunos casos por encima del promedio mensual, especialmente en los primeros meses del 2021. Sin embargo, los precios de los materiales de construcción siguen aumentando exorbitantemente. En un artículo publicado el 10 de junio del 2021, la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi) reportó que productos como tuberías PVC habían registrado alzas de un 119.09% en promedio como categoría desde marzo del 2020. También indica que los materiales eléctricos registraban un aumento promedio de un 117.77%; el acero o la varilla aumentaron más de un 80%; los blocs registraron un incremento promedio de un 31.12%; los agregados, de un 41.67%; el cemento, de un 31.10%; y la madera, alzas que oscilan entre el 39.47% y el 438.98%, como es el caso del plywood tres cuartos a una cara, que se incrementó de RD$930.02 en marzo del 2020 a RD$5,012.64 en agosto del 2021. 

Estos incrementos en los precios ya no se atribuyen a la escasez de materiales. Al parecer, el sector construcción en República Dominicana está inmerso en un ambiente de especulación fuera de control que necesita intervención del Estado para su regulación. En la primera mitad del año 2021 (enero-junio) se han importado 95.7 millones de dólares en madera (un promedio de 15.9 millones de dólares mensuales), 478.9 millones de dólares en fundición de hierro y acero y sus manufacturas (un promedio de 79.8 millones de dólares mensuales), 30.1 millones de dólares en manufacturas de piedras, yeso fraguable, cemento, amianto (asbesto), mica o materias análogas (un promedio de 5 millones de dólares mensuales), 478.5 millones de dólares en plástico y sus manufacturas (un promedio de 79.8 millones de dólares mensuales), y alrededor de 68 millones de dólares mensuales en productos cerámicos (un promedio de 11.3 millones de dólares mensuales). Todas estas importaciones superan las importaciones del año 2019, antes de que la pandemia afectara el país, excepto la de manufacturas de piedras o materias análogas, cuyo promedio es de 0.5 millones de dólares por debajo del promedio del año 2019. Sin embargo, debemos resaltar que la República Dominicana es un país rico en minerales y se ha convertido en un país meramente exportador de cemento, así como lo avala la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Portland (Adocem). 

En definitiva, los materiales de construcción ya están siendo suplidos con suficiencia; ni la escasez ni el desabastecimiento son las razones principales de los precios desproporcionados que se encuentran en el mercado. La especulación se ha apoderado del sector de la construcción. Esta especulación puede ser producto de la idea persistente dentro del sector de que existe una escasez de materiales, pero ya demostramos que no existe una escasez; o puede ser producto de un acto intencional de los comerciantes responsables de estos materiales, ya sea las materias primas o los comercializadores de los productos finales. Para controlar el incremento gigantesco en los precios de los insumos necesarios para la construcción de viviendas, edificaciones y obras públicas, se necesita la intervención del Estado y el trabajo en conjunto de las asociaciones, corporaciones y empresas envueltas en el sector. 

En el caso de los Estados Unidos, el alza de los precios de los materiales de construcción se atribuye al recorte laboral, a la gran demanda de los productos, al tiempo requerido para producirlos y a la disrupción en las redes de suministros. La madera experimenta un incremento de un 85.7%; los productos de acero, de un 67%; el cobre y el latón, de un 49%; el aluminio, de un 20.5%, y los materiales plásticos, de un 14.2%. 

En España, el aumento en los precios de los materiales de construcción registrados desde marzo del 2020 hasta mayo del 2021 se atribuyen, en gran medida, a la escalada de precios de materias primas como cobre, acero, plásticos, cables eléctricos, fibra óptica, vidrio y madera. Los tubos de cobre experimentaron alzas de un 68.32%; el acero se incrementó́ un 27.75%; los tubos de plástico, un 14.92%; los cables eléctricos, un 11.63%, al igual que las fibras ópticas. Excepcionalmente, se observa un incremento menor en el vidrio, de un 6.97%, y en la madera, de un 3.11%. 

Poscovid 

El coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 todavía sigue circulando y pienso que permanecerá en nuestras vidas como uno de los tantos virus que nos han afectado y con los que hemos tenido que aprender a vivir. Hasta que la covid-19 no cese y deje de ser considerada una pandemia, ya sea porque la población mundial desarrolle inmunidad por sí sola a la enfermedad o porque se desarrolle una vacuna universal que sea efectiva en su totalidad, el virus seguirá circulando por varios años y tendremos que convivir con él. Hasta ahora ha quitado la vida a 4.3 millones de personas en el mundo y continúa aniquilando a un promedio de 9,219 personas diariamente (un 1.5% de los afectados) en lo que va del mes de agosto. 

El virus y la enfermedad son una realidad que hemos tenido que afrontar, y tenemos que vivir con ella. Afortunadamente, no son tan letales y pueden ser mitigados con medidas de prevención y con tratamientos médicos que permiten la recuperación de los individuos afectados. Cuando hablamos de poscovid no nos referimos a la erradicación de la enfermedad, sino más bien a la pospandemia. Quiero decir, cuando la enfermedad deje de ser catalogada como una pandemia, y esto sucederá cuando logremos tenerla bajo control. Hemos aprendido, además, que los confinamientos totales no son funcionales debido a la disrupción que causan en la economía, y se han desarrollado vacunas que, aunque no garantizan inmunidad al virus ni evitan la propagación de este, al menos parecen proteger a los seres humanos fortaleciéndolos previamente. 

En el sector construcción prácticamente se sabe todo lo que se tiene que hacer como medidas de prevención de contagio de la enfermedad. Sin embargo, el reto más grande es la terquedad de los trabajadores, quienes, aunque saben que el virus y la enfermedad son una realidad indiscutible debido a que ellos mismos o sus familiares han sido infectados, no cooperan usando las mascarillas o manteniendo una distancia prudente entre ellos. En el sector se entiende muy claramente que el virus no es tan letal y se tiene la percepción de que las personas del sector son personas fuertes, con un sistema inmune más fortalecido que el de una persona común. Por tanto, la fuerza laboral se mantendrá constante o se incrementará en el tiempo que nos queda de pandemia, a menos que los casos realmente se salgan de control nuevamente, a tal punto que los Estados se vean obligados a intervenir. Una vez que la enfermedad se mantenga en niveles aceptables, quizás cuando solo cause un total de 100 muertes al día, estaremos en el periodo pospandemia. En ese entonces, el sector construcción verá el virus como un virus de la gripe y no tendrá efecto en lo absoluto en las decisiones tomadas. 

Por otro lado, la pospandemia será muy conveniente para la regularización de los materiales de construcción. Los precios de los materiales se normalizarán una vez que las redes de suministros se recompongan, las importaciones se normalicen y, en general, la oferta y la demanda se equilibren. Los problemas de especulación no parecen ser causados por la pandemia en sí, sino más bien por creencias erróneas del estado del mercado y que no están bien fundamentadas, o por acciones malintencionadas de los comerciantes. Entonces la pospandemia no tendrá ningún efecto en la regularización de la especulación; esto es más bien una responsabilidad de los Estados mismos y de las instituciones del sector. 

Las personas relacionadas con el sector han comprendido, además, que un organismo sin vida puede causar muchos estragos en la sociedad y afectar al sector gravemente, de modo que las compañías dedicadas a la construcción tendrán muy pendiente el abastecerse de materiales suficientes antes de que un futuro cierre afecte sus operaciones. De igual manera, los líderes de todas las naciones, especialmente las más desarrolladas, trabajarán políticas que faciliten la creación de rutas y vías alternativas, en caso de que el estado de emergencia sea puesto en vigor, para que se produzca una recuperación más pronta de las redes de distribución y suministro a nivel local y global. 

En conclusión, en el sector construcción se espera experimentar un aire de renovación y de alivio, y, de cierta forma, de felicidad una vez que la pandemia acabe. Ya no será necesario hacer cumplir ninguna medida de mitigación o prevención en contra de la enfermedad, lo que evitará la constante fatiga de tener que cumplir con el protocolo.