GLOBAL N° 34 / Mayo - Junio, 2010
La marcha de Haití.
El sismo que afectó Haití tuvo grandes consecuencias físicas, económicas y sociales.
Este fenómeno alcanzó una fuerza tal que puede decirse que destruyó Puerto Príncipe y sus alrededores. En ese instante, se ha tenido que reconocer que la República Dominicana dejó atrás el pasado y asumió el presente sin titubeo; así fue pronta en llegar y sigue ahí junto a sus sufridos vecinos.
Nuestro país fue el primero no solo en llegar, con Leonel Fernández a la cabeza, sino en aportar lo poco que tiene y proponer a los países del mundo ayudar al restablecimiento de Haití; con su aporte en la medida de sus posibilidades, dio el ejemplo. Y a eso siguió la primera conferencia (mundial) convocada por nosotros, y así seguimos con variadas propuestas y acciones hasta la segunda conferencia, casi por empezar.
En lo social, el estremecimiento fue mayor que el de la tierra. No se pensó para nada en el pasado, no se tuvieron en cuenta las posiciones socioeconómicas y sociales, no se miraron las distinciones basadas en el color de la piel. Una sola cosa se tuvo en cuenta: se trataba de seres humanos que sufrían a nuestro lado, que era necesario ayudar. Y desde entonces hasta hoy se descubren nuevas cosas que nos unen.
En esta edición de Global damos una mirada de conjunto a Haití a tres meses de los acontecimientos que sumieron a toda la isla en un gran dolor. Para hacerlo, Carlos Dore Cabral comienza con un resumen de un compendio histórico social de la República Dominicana, que incluye la vista de los dominicanos desde distintos ángulos de Haití.
Javier Valdivia Oleachea, peruano que lleva 15 años gozando y sufriendo en esta isla, nos entrega “Haití en el siglo xxi”. Magda y Ernst Mathurin explican desde sus tripas (lo sentían desde la Republica Dominicana) los primeros momentos de la tragedia.
La dominicana Paloma Rivera, hija de Octavio Rivera, con apenas 24 años explica con la mayor naturalidad del mundo cómo se convirtió en una heroína de carne y hueso, conocida por todos los damnificados y mencionada en publicaciones extranjeras como The New York Times y New Yorker.
Un haitiano, Joseph Harold Pierre, y un dominicano, David Álvarez Martín, dan cuenta de las nuevas relaciones fraternas entre los ciudadanos de la isla. Gabriela Santoni Bisonó, desde el Observatorio Político Dominicano, ve y pone en claro cómo se trata de falsear el esfuerzo de los países vecinos, y cómo los detractores salen finalmente derrotados.
Delia Blanco, para quien todo lo que piensa y escribe es lucha, nos muestra que para la generalidad de los haitianos también lo es. Los fotógrafos Alina Vargas, Orlando Ramos y Máximo del Castillo retratan brevemente tres etapas del Haití de los últimos cuatro meses.
Por último, Rubén Silié, embajador dominicano en Haití, aporta su testimonio sobre lo que se ha vivido en el país vecino, desde el terremoto hasta hoy.
Así marcha el “terremoto en las relaciones binacionales”, tal como lo pronosticó Fernández y como lo reafirma Silié en su testimonio.