GLOBAL N° 38 / Enero - Febrero, 2011
Narrativas de ficción y realidades.
Cuando Mario Vargas Llosa era anunciado por la Academia Sueca como el Premio Nobel de Literatura 2010, en la República Dominicana la celebración se hizo en un viaje por el tiempo infinito de la lectura (de izquierdas, de dictaduras, de amores, de glorias… de hiperrealidades…) Un tiempo que el escritor peruano recordó como “la edad de filosofar” cuando fue condecorado por el Gobierno dominicano con la Orden Heráldica de Cristóbal Colón, grado Gran Cruz Placa de Plata.
De aquel primer –y osado– encuentro de 1975, el considerado primer Nobel dominicano guarda en su memoria un recorrido por las entrañas de una tierra que tímidamente tenía libertad. Al volverse presente y viviendo una década después de la llegada del siglo XXI, Vargas Llosa saluda la metamorfosis dominicana de la “más cruel de las dictaduras” a la “adopción de una cultura democrática que ha reforzado sus instituciones”.
Hemos trascrito su discurso es en esta edición de Global, palabras improvisadas que, sin embargo, desnudaron ese vínculo entrañable entre el autor de La fiesta del Chivo y esta tierra. Palabras que motivaron al presidente Leonel Fernández a revelar esa pasión lectora que se encunó en Villa Juana y se mantiene vigente, con nortes como Vargas Llosa, de acuerdo a sus declaraciones durante la condecoración del Nobel.
Y, claro está, es un bibliófilo como el ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, quien acuña la expresión: “Mario Vargas Llosa es el primer Nobel dominicano”. Lantigua se declara “vargallosiano”, y lo demuestra con un análisis de las novelas del escritor que marcaron épocas, tiempos, narrativas.
Esta tríada de vinculaciones con la ficción da pie a la narrativa real del uso de la Internet. Wikileaks aparece para motivar preguntas, respuestas y debates. ¿Es esto periodismo?… ¿Es esto ético?… ¿Y las fuentes? Los interrogantes los responden dos periodistas, María Isabel Soldevila y Sully Saneaux, junto con el filósofo David Álvarez. Sin dudas, el portal de Julian Assange, tal como señala Soldevila, es una alerta sobre los procesos transparentes de los gobiernos del continente.
El contenido de la tripleta enlaza con una mirada tenaz que hace el premio Nacional de Periodismo 2010, Rafael Molina Morillo, a una profesión que ama y, por amarla, no oculta un declive progresivo proveniente de la falta de credibilidad, en parte de los periodistas, quienes no han logrado adaptar la narrativa de los que no tienen voz.
Desde los tribunales hispanoamericanos también se escucha la voz de quienes apoderados de la jurisprudencia alemana que juzgó a los nazis que cometieron el Holocausto, pasan factura a los crímenes cometidos bajo la dictadura, el terrorismo o paramilitarismo. En este caso se narra la justicia, desde las perspectivas de Francisco Muñoz Conde y Héctor Olásolo.
En esta Global, que corresponde al número 38, las ficciones y realidades, sin dudas, quedan narradas.